Los jóvenes en Francia representan alrededor de 15% del electorado. De hecho, pueden influir en un sentido o en el otro en el resultado de la elección. Pero aún es necesario que vayan a votar. En efecto, los jóvenes son generalmente más abstencionistas que sus mayores. En 2002 un recordó de abstención se obtuvo, 28% del electorado, y los 18-24 años se abstenían aún más (+4 puntos). Para otros escrutinios, se registran tasas de abstención claramente más elevadas. Tomemos, por ejemplo, las legislaturas de 2002, más de la mitad de los jóvenes, un 51%, permanecieron fuera de la decisión electoral en la primer vuelta.
Así, la implicación de los jóvenes en la vida de la ciudad y su participación electoral - o más bien su debilidad - vuelven de nuevo regularmente en los debates. Están incluso en el centro de muchos programas de acción. En efecto, se creó a comisiones de gobierno de jóvenes con el fin de facilitar su aprendizaje de la democracia. También la reforma de los colegios reintroduce la educación cívica. En realidad, los jóvenes son, hoy, a la vez interesados y desinteresados por la política… como un gran número de ciudadanos. La participación electoral de los jóvenes es más frágil, más inconstante. Fuertes temas son necesarios para incitar a los jóvenes a ir a votar. Por ejemplo, entre las dos vueltas del presidencial de 2002, mucho se movilizaron y votaron en gran número Jacques Chirac, contra Jean-Marie Le Pen, a la segunda vuelta de escrutinio.
Para entender el vínculo que une jóvenes y política, es necesario agarrar cómo se efectúa el trabajo de recomposición de las normas y valores inherente a nuestras sociedades complejas, a través del cual toma forma la socialización de los individuos. Además, la juventud se enfrenta a un doble imperativo: identificarse a sus mayores e innovar. Es mediante la tensión entre herencia y experimentación que se construye su informe a la política
[...] Pero aún es necesario que vayan a votar. En efecto, los jóvenes son generalmente más abstencionistas que sus mayores. En 2002 un recordó de abstención se obtuvo del electorado, y los 18-24 años se abstenían aún más puntos). Para otros escrutinios, se registran tasas de abstención claramente más elevadas. Tomemos, por ejemplo, las legislaturas de 2002, más de la mitad de los jóvenes, un permanecieron fuera de la decisión electoral en la primer vuelta. Así, la implicación de los jóvenes en la vida de la ciudad y su participación electoral - o más bien su debilidad - vuelven de nuevo regularmente en los debates. [...]
[...] Además, como el nivel del interés político de los jóvenes en Francia no es especialmente elevado comparado a otros países, sería interesante cuestionar el compromiso político de la juventud española, a la hora de los debates sobre el terrorismo nacionalista o más bien sobre la inmigración ilegal, desafíos hoy en juego para el pueblo español. Bibliografía - Anne MUXEL, L'expérience politique des jeunes, Paris, Presses de Sciences-Po ; - Janine MOSSUZ-LAVAU, Les jeunes et la politique in La politique en France et en Europe, Paris, Presses de Sciences-Po ; - Patricia LONCLE, Les jeunes : questions de société, questions de politique, Les Editions de la Documentation française ; - Gérard LECHA, Les jeunes et la politique : approches psychosociologiques de la conscience politique de jeunes, Saint Georges d'Oléron, Les Ed. [...]
[...] En realidad, los jóvenes son, hoy, a la vez interesados y desinteresados por la política como un gran número de ciudadanos. La participación electoral de los jóvenes es más frágil, más inconstante. Fuertes temas son necesarios para incitar a los jóvenes a ir a votar. Por ejemplo, entre las dos vueltas del presidencial de 2002, mucho se movilizaron y votaron en gran número Jacques Chirac, contra Jean-Marie Le Pen, a la segunda vuelta de escrutinio. Para entender el vínculo que une jóvenes y política, es necesario agarrar cómo se efectúa el trabajo de recomposición de las normas y valores inherente a nuestras sociedades complejas, a través del cual toma forma la socialización de los individuos. [...]
[...] Los jóvenes no se despolitizan. Más informados, son más críticos y más exigentes respeto a las políticas y su experiencia en este ámbito se revela más rica. Para entender el vínculo que une jóvenes y política, es necesario agarrar cómo se efectúa el trabajo de recomposición de las normas y valores inherente a nuestras sociedades complejas. Así, la juventud se enfrenta a un doble imperativo: identificar a sus mayores e innovar, entre herencia y experimentación. Los jóvenes encuentran la política en un contexto bastante diferente del de sus padres, ya que se el sistema de localización, las grandes separaciones ideológicas se trastornan. [...]
[...] Generalmente cuando se inscriben los jóvenes en los padrones electorales, a la edad de 18 años, van a votar las primeras veces. Se observa, a partir de 21-22 años, un desenganche de la participación electoral, llamado prórroga electoral de los años de juventud”, retirada de la participación electoral como de otras formas de participación. Es necesario esperar el medio de la treintena para que, electoralmente, el tipo de participación en las elecciones se incorpore al tipo medio que se conoce para el conjunto del electorado. [...]
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