Samir Amin es uno de los economistas neo-marxistas más importantes de su generación. Nacido en 1931 en Egipto, desarrolló estudios sobre política, estadística, pero sobre todo economía, en París. Entre 1957 y 1960 trabajó en la administración egipcia del desarrollo económico. Luego, hasta 1963, se desempeñó como consejero del Gobierno de Malí. En 1970 se convierte en director del Instituto Africano de Desarrollo Económico y Planificación con sede en Dakar. Actualmente, Samir Amin es director del Foro del Tercer Mundo, una asociación internacional formada por intelectuales de África, Asia y América Latina, destinada a fortalecer los esfuerzos intelectuales y los lazos entre los países del tercer mundo. Su origen y sus distintos empleos a lo largo de su carrera son vinculados con los intereses y las ideas del economista. En efecto, Samir Amin ha dedicado gran parte de su obra al estudio de los países subdesarrollados, desde muchos puntos de vista: sus relaciones con los países desarrollados, las funciones de los estados en estos países,… Pero el tema principal de su obra son las raíces de las desigualdades actuales entre los países, que conlleva un estudio profundo del modelo capitalista y de la globalización. Samir Amin, junto con otros autores, y sobre todo los de la “escuela de la dependencia”, es uno de los más profundos analistas críticos del capitalismo y de su globalización. Para él, la globalización capitalista que se está desarrollando tiene un fuerte carácter polarizante, o sea que su lógica misma produce desigualdades crecientes entre los países y las poblaciones. En efecto, el economista lleva una interpretación del sistema mundial capitalista como un sistema integrado por un Centro desarrollado y una Periferia subdesarrollada, explotada por el primero. Su concepción del “desarrollo” que se ofrece actualmente a estas periferias es pues fundamentalmente negativa. El Capitalismo en la era de la globalización es un conjunto de siete trabajos publicados con anterioridad a 1997. Estos trabajos efectúan varios planteamientos sobre la situación actual del capitalismo, que está viviendo una crisis durable. También explican como la globalización capitalista se está desarrollando de manera a mantener la dominación del Centro sobre la periferia, con consecuencias muy graves sobre esas regiones del mundo.
Podemos destacar de este libro cuatro temas esenciales, que vamos a analizar sucesivamente:
1.La crisis actual y su gestión por el Centro.
2.Las consecuencias de esa crisis en el Tercer Mundo.
3.El desafió de la construcción europea frente a la crisis.
4.La alternativa del sistema policéntrico regionalizado.
[...] También requiere este proyecto una visión del futuro tecnológico, vinculado con el futuro del trabajador y con el problema ecológico. Otro desafió que hace falta resolver es el de la relación supranacionalidad / particularidades. La relación de esta nueva Europa con EE.UU. también queda abierta: hace falta dar más independencia a Europa, lo que permitiría reducir la hegemonía estadounidense. Por fin, el problema del Tercer Mundo ha de ser resuelto: Europa debe estimular la formación de los conjuntos regionales, evitando caer en el neoimperialismo. [...]
[...] Análisis critica del libro El capitalismo en la era de la globalización de verdad tiene un contenido realmente interesante y pertinente, lo que luego comentaré. Sin embargo, la forma en la cual se presenta este libro no me parece ideal. Los siete capítulos no tienen transición entre sí, y eso no facilita la comprensión global del pensamiento del autor, porque el tema tratado cambia muy de repente. Tenemos la impresión de leer 7 artículos escritos sin reales vínculos entre sí. [...]
[...] El autor muestra de manera muy interesante como los países europeos han optado por una integración muy minimalista, solo económica, basada en un solo mercado común. Pone de relieve la falta de proyecto político común, que impide Europa avanzar hacia una real integración. En efecto, este defecto está aún más evidente hoy. La guerra en Irak ha revelado las discrepancias en las posiciones de los países europeos. Mientras que, por ejemplo, Francia y Alemania se opusieron a la intervención americana, Reino Unido y España enviaron soldados en el contingente americano. [...]
[...] Según él, el proyecto europeo se encuentra en un callejón sin salida porque se redujo a proporciones únicamente comerciales y no políticas. En el capítulo especialmente dedicado a este asunto, el economista explica que la CEE nació en el periodo posguerra, o sea durante la reconstrucción económica y beneficiando de un temor de vuelta a la guerra: su objetivo era también neutralizar a Alemania. En esta atmósfera de relativa desconfianza, el tratado de Roma instituyó una unión solamente económica, ilustrada por el fracaso de la CED. [...]
[...] El GATT-OMC contribuyó también a la desigualdad, apoyando el libre comercio que lleva a la polarización. En efecto, las ronda del OMC, apoyaron las empresas del Norte, defendieron e incluso extendieron sus monopolios el GATT-OMC: es en realidad totalmente subordinado a las transnacionales. Esta organización ilustra también la arrogancia de EE.UU., por ejemplo a propósito de las subvenciones. El Banco Mundial también ha sido un medio para apoyar la penetración del capital en el Tercer Mundo, promoviendo la exportación, y confiando a empresas multinacionales las obras importantes. [...]
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