En la ultima declaración de Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, se puede leer a modo de introducción : “Estados Unidos aprovechará este momento de oportunidad para extender los beneficios de la libertad al mundo entero. Trabajaremos activamente para llevar la esperanza de democracia, desarrollo, mercados libres y libre comercio a todos los rincones del mundo”. Se puede comparar esta posición estadounidense con la posición del autoritarismo chino.
En septiembre de 2009, el presidente chino Hu Jin Tao declaró que China tenía que seguir en la vía del socialismo chino sin “copiar el sistema y el modelo político occidental”, es decir la democracia moderna liberal y representativa para preferir una profundización democrática dentro del partido único sin respeto a las libertades fundamentales de los ciudadanos chinos.
Estas dos declaraciones de dos potencias mayores de nuestro mundo actual ilustran perfectamente un conflicto ideológico al impacto contemporáneo sin precedente a propósito del alcance de la democracia. En su controvertida obra, The End of History and the Last Man (1992), Francis Fukuyama pretende que la caída del bloqueo soviético marca la victoria y la supremacía ideológica de la democracia y del liberalismo en el mundo.
Por lo tanto, una justificación usada por unos de los regímenes autoritarios actuales para legitimarse es que la ambición universalista de la democracia solamente participa de un proyecto occidental imperialista, neo-colonial. Este “sueño totalitario” no tomaría en cuenta las discrepancias culturas que impiden la imposición de un modelo inaplicable en sociedades culturalmente impropias a la democracia liberal occidental.
[...] Si la democracia no es un concepto puramente occidental y que se puede encontrar formas de organización social democrática en varias partes del mundo más allá de la influencia del Occidente, la cuestión del etnocentrismo de su difusión cambia de dimensión y se queda marginal. Por consiguiente, seguimos nuestro ensayo con unas variaciones sobre las modalidades democráticas a través del mundo. La democracia, un concepto universal conceptual y también histórico. Una suma importante de trabajos multidisciplinarios, históricos, políticos, antropológicos han estudiado las formas de toma de decisión colectiva alrededor del mundo. Podemos citar dentro de ellos los trabajos recientes de Amartya Sen, premio Nobel de economía, como el Valor de la Democracia (2006). [...]
[...] Según Antoine Buisson, estas sociedades sobre-valorizan la estabilidad y la seguridad frente a la toma de 7 decisión colectiva. La democracia, considerada como un factor de turbulencias, no sería especialmente deseable. Buisson sostiene este idea sobre la base del estudio de los filósofos clásicos árabes. Cita por ejemplo Al-Farabi (872-950) o Abu Hamid Ghazali (1058-1111) que sostenía el establecimiento de un sultanato seldjoukide sin defender el califa tradicional ya que orden malo, incluso injusto es preferible al desorden o a la anarquía”. [...]
[...] La pluralidad de las culturas y el carácter universal de la democracia nos permite deducir la pluralidad de las modalidades de toma de decisión colectiva de forma igualitaria. Este pluralidad debe ser una formidable oportunidad para enriquecer y profundizar nuestras democracias occidentales. El propósito no es desconocer las ventajas del sistema liberal representativo muy bien mostradas por los estudios de Sen por ejemplo. Sin embargo, el modelo representativo liberal democrático actual y sus diversas declinaciones pueden ser mejorados. Se debe buscar otras dimensiones democráticas audaces. David Graber pone de relieve lo que considera como una contradicción intrínseca entre Estado y Democracia. [...]
[...] Un primer corriente alega que la democracia no se puede instalarse con éxito en unas sociedades impropias al ejercicio de la deliberación pública. Otro corriente considera que la democracia es la mejor organización social del ejercicio del poder político pero que su expansión actual no debe limitarse a una expansión procedimental. Las elecciones libres y la alternancia política forman solamente una dimensión de la democracia. Su consolidación cultural es un proceso de largo tiempo que pertenece de su éxito. Unas explicaciones culturales fueron avanzadas para intentar explicar causalidad de una falta” democrática en las sociedades árabes o en una parte de Asia. [...]
[...] Además, la gran mayoría de los autores reconocen que el relativismo cultural no se puede defender por si mismo. Si la cuestión de la democracia o de los derechos naturales como imposición cultural occidental está defendida por unos autores, la defensa de tradiciones o practicas violentas sobre una base cultural al motivo que no hay cultura mejor que otras queda marginal. Estudiamos ahora este tema con los dos enfoques de los derechos humanos y de la democracia con más precisión. Derechos humanos y derechos naturales. [...]
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