El militarismo se define, según Alain Rouquié, como “la manifestación sociopolítica de la Fuerzas Armadas”. En América Latina, el militarismo surgió de manera sincrónica con una serie de golpes de Estado preventivos que hubo en los años 1960 como prevención y freno al comunismo, y se acaba en los años 1980, cuando se democratizaron estos regímenes. El termino militarismo evoca más bien para el caso latinoamericano un exceso. Se aplica a una medida de intervención de los militares en la política. El concepto de militarismo reconoce de entrada que en las sociedades modernas latinoamericanas es normal que el ejército intervenga en políticas.
[...] Si bien no hay un escenario pre-establecido, A. ROUQUIE da varios puntos que pueden ser seguidos: se tiene que dar más poder a la oposición, que la libertad no sea solo de fachada y que exista un verdadero pluralismo. Finalmente, la conclusión principal de su trabajo es que las sociedades latinoamericanas podrán avanzar hacia la democracia una vez que las distintas fuerzas políticas y sociales se decidan a privilegiar los valores y procedimientos democráticos, aceptando la incertitud de las urnas, el único camino para despedirse definitivamente de las armas en la política. [...]
[...] Analizáremos el ejemplo de Colombia y del Plan Colombia como amenaza de retorno al militarismo. Las Fuerzas Armadas colombianas se enfrentarse con tropas paramilitares y dejan el país con zonas de combate y zonas de no-derecho. La lucha contra el narcotráfico permite justificar por una parte la militarización de la sociedad y por otra, la restricción de los derechos y de las libertades fundamentales. En Colombia, forma parte de una política que se promociona como de “seguridad democrática” cuyo objetivo es derrotar a la guerrilla revolucionaria que se financia con este tráfico. [...]
[...] Además, el hecho de que las Fuerzas Armadas ocupen hoy en día un lugar importante en el Estado muestra que su posible reaparición en la escena política no es una hipótesis sin fundo. Reflexiones sobre la consecuencia del miliarismo en América Latina A. ROUQUIE señala como conclusión que hay dos riesgos hoy en día para un eventual regreso de las fueras armadas sobre la escena política. El primero es el desencanto actual que hay para la democracia sobre el continente. En segundo lugar, A. [...]
[...] No es tampoco un instrumento de las clases dominantes o de las potencias extranjeras para avasallar América Latina. Para entender este fenómeno, es necesario alejarse de las explicaciones deterministas. Según A. Rouquié, se distingue tres etapas de la militarización: De 1860 a 1920: formación de los Ejércitos nacionales años 1920-1930: ruptura metonímica operada por las Fuerzas Armadas, es decir que la parte -las Fuerzas Armadas- se vuelve el todo -el Estado-, y se imponen como encarnación de la nación. De 1960 hasta 1990: la internacionalización del ejército en un contexto de guerra fría. [...]
[...] Se aplica a una medida de intervención de los militares en la política. El concepto de militarismo reconoce de entrada que en las sociedades modernas latinoamericanas es normal que el ejército intervenga en políticas. Lo central es en este tema es comprender como y por qué un elemento peculiar del Estado, es decir las Fuerzas Armadas, se vuelve el Estado mismo. Es lo que Alain Rouquié llama de “ruptura metonímica”. Su estrategia es aplicar la doctrina de seguridad nacional los militares deben privilegiar la defensa del orden interior –pretextando proteger el Estado de la amenaza comunista-. [...]
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