La República Dominicana y Haití se encuentran ambos situados en el Caribe, y comparten la misma isla aunque constituyan dos Estados independientes. A pesar de que a lo largo de la historia en varias ocasiones hayan estado reunidos en un mismo Estado, múltiples diferencias, a la vez culturales, lingüísticas y sociales, siguen distinguiéndolos hoy en día. Estas diferencias se explican en gran parte debido a las distintas potencias coloniales por las que fueron dirigidos: Haití, por ejemplo, fue colonizado por Francia, y antes de lograr independizarse conoció la llegada de un gran número de esclavos africanos que desembarcaron allí con el objetivo de trabajar en sus tierras. En el caso de la República Dominicana, este fenómeno no tuvo lugar con tanta intensidad, lo que explica en parte la herencia demográfica y cultural española que todavía puede observarse considerablemente en la actualidad, y que se traduce por el color de la piel relativamente más claro de sus habitantes. Debido a la situación geográfica y a la historia que tienen en común ambos países, podemos entender la relevancia de la cuestión de la influencia de Haití en la construcción de la identidad dominicana.
[...] ¿Cómo explicar entonces que el rechazo de la figura del haitiano, en el proceso de construcción de la identidad dominicana, alcance una dimensión extrema hasta convertirse en un racismo tan virulento en la sociedad? I. El avance del anti-haitianismo: de un contexto histórico a una manipulación política, ambos favorables a su emersión Orígenes históricos del anti-haitianismo en la sociedad dominicana: un sentimiento nacionalista contra el colonizador haitiano Si bien el factor geográfico constituye un elemento esencial para comprender la construcción del sentimiento anti-haitiano en la sociedad dominicana, no cabe minimizar la importancia que tuvo la historia agitada que opuso la República Dominicana a Haití: es en la ocupación haitiana del país de 1822 hasta 1844 así como en los intentos de invasión que siguieron la independencia del país donde se encuentran las raíces del anti- haitianismo. [...]
[...] Para lograr semejante meta, creó, por un lado, una serie de mitos fundadores que siguen impregnando la sociedad dominicana en la actualidad. Por ejemplo, el del indígena era particularmente popular y se difundió mediante manuales escolares y por el discurso político. Fragmento de un manual escolar, durante la dictadura de Trujillo: Fuentes: David Howard, Colouring the Nation “Haiti is inhabited by a mob of savage Africans. We Dominicans should be in debt to our blood. The Haitian is an enemy. [...]
[...] A partir del estudio de la época autoritaria con Trujillo como dictador vemos que éste racismo de Estado obedecía claramente a una voluntad política: por un lado la lucha contra el enemigo haitiano daba una imagen de una intervención necesaria de Trujillo, y esto reforzaba su poder y su prestigio. Además por otro lado desde su llegada al poder la lógica de la construcción de una identidad dominicana iba cobrando más y más fuerza. Dado que se consideraba como una especie de salvador, de homologo de dios en la tierra que se propone llevar por el buen camino a los dominicanos, Trujillo define muy claramente los criterios que quiso que fueran fundadores de la identidad nacional dominicana. [...]
[...] Bibliografía indicativa HOWARD David, Coloring the Nation race and ethnicity in the Dominican Republic, Signal Books, Oxford IONA Orlando, Azúcar, Árabes, cocolos y haitianos otros ensayos), Editora Cole, Santo Domingo PICHARDO Franklin Franco, Sobre Racismo y Anti-haitianismo otros ensayos), Sociedad Editorial Dominicana, Santo Domingo SAGAS Ernesto, Las elecciones de 1994 y 1996 en la República Dominicana: coyuntura política y crisis en ocaso de los caudillos; en Revista Mexicana del Caribe, Año número 11. [...]
[...] El sentimiento triunfalista que siguió esta derrota fulminante se convirtió poco a poco en un mito de la superioridad del dominicano frente al haitiano, que sigue existiendo hoy en día. Por otro lado, más de 20 años después de la independencia dominicana, el peligro de una invasión haitiana todavía no había desaparecido. Si bien los haitianos no habían conseguido recuperar la parte este de la isla en 1844, intentaron en varias ocasiones adueñársela hasta 1855. Esto alimentó el miedo dominicano de una siempre esperada invasión haitiana, lo que vino a fortalecer los sentimientos anti-haitianos dentro de la población. [...]
Source aux normes APA
Pour votre bibliographieLecture en ligne
avec notre liseuse dédiée !Contenu vérifié
par notre comité de lecture