Para comprender el movimiento separatista vasco, es necesario en primer lugar estudiar la historia del pueblo vasco. Durante los siglos décimo e once, el País Vasco era un Estado unitario y potente, el Reino de Navarra. Él englobaba la actual Navarra española y el departamento francés de los Pirineos-Atlánticos. Pero después, en los siglos XV en XVI, la región se compartió entre Francia y España. Al siglo XVIII, bajo la monarquía española, los Vascos disfrutaban de privilegios especiales y votaban sus propias leyes, los fueros. Algunas asambleas locales elegidas democráticamente controlaban el funcionamiento de la administración y el respeto de las leyes. El País Vasco se constituía desde entonces de las cuatro provincias de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, situadas al noroeste de España, a la frontera francesa. Durante la guerra civil de 1833-1839, los Vascos se guardaron del lado de los carlistes, partidarios de una monarquía absoluta, pero que los soportaban en sus pretensiones autonomistas. Después de la última insurrección carliste, reprimido por el rey Alphonse XII, los fueros se suprimieron en 1876. Los Gobiernos españoles sucesivos impusieron administradores castellanos y también el uso de la lengua castellana, lo que causó un resentimiento profundo en la región. Además la afluencia masiva de obreros venidos de las otras regiones del país, para trabajar en una industria vasca en pleno desarrollo, implicó cambios intensos.
[...] En 2005, el nuevo Gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero hizo votar un texto que acepta el principio de negociaciones limitadas (pero nada sobre la independencia del País Vasco) a cambio de un abandono de la violencia. El ETA declaró una tregua de los atentados en marzo de 2006, pero la organisación permanece en la actualidad. Recientemente, la supuesta intención del Presidente venezolano Hugo Chavez, reelegido a principios de diciembre, de conceder la nacionalidad de su país a cuatro miembros del ETA, para protegerlos de la justicia española, suscitó una viva polémica en España. [...]
[...] El movimiento separatista nunca ha alcanzado la amplitud que tiene el movimiento español. Un movimiento nacionalista apareció en 1960 con la revista Embata y presentó candidatos a las elecciones locales y legislativas. En 1973 se constituyó el grupo terrorista ETA-Iparretarak ("los del Norte"), reivindicando la independencia de las siete provincias vascas, francesas y españolas. Durante los años ochenta, sus acciones causaron la muerte de varias personas, principalmente CRS y gendarmes. El movimiento nacionalista vasco en Francia está representado por diferentes partidos: Eskerriko mugimundu abertzaleak movimiento de izquierda próximo a Iparretarak; Eskual batasuna próximo al ETA, Eusko alkartasuna e Ipar Buru Batrar, la sección francesa del PNV. [...]
[...] Su rama política, Herri Batasuna, firmó la Declaración de Lizarra con el PNV y varios otros grupos políticos. Esta Declaración quería ser una propuesta de paz, inspirada del modelo de solución del conflicto adoptado en Irlanda del Norte. El anuncio del final de la tregua, en noviembre de 1999, significó para José María Aznar la "quiebra de una esperanza de paz". La lucha armada reinició durante el año 2000, dejando a un lado la Declaración de Lizarra. La multiplicación de los atentados en 2000 y 2001 afectó principalmente los "objetivos" habituales del ETA: militares, personas elegidas del Partido popular y del Partido socialista, cuyo Ernest Lluch, el ex Ministro socialista de Salud. [...]
[...] El nacionalismo vasco (2006) El Gobierno quiere dialogar con la banda terrorista ETA Para comprender el movimiento separatista vasco, es necesario en primer lugar estudiar la historia del pueblo vasca. Durante los siglos décimo e once, el País Vasco era un Estado unitario y potente, el Reino de Navarra. Él englobaba la actual Navarra española y el departamento francés de los Pirineos-Atlánticos. Pero después, en los siglos XV en XVI, la región se compartió entre Francia y España. Al siglo XVIII, bajo la monarquía española, los Vascos disfrutaban de privilegios especiales y votaban sus propias leyes, los fueros. [...]
[...] Eso explica lo que incitó a Sabino Arana y Goiri, teórico de la "nación vasca", a afirmar que España era una potencia ocupante y a destacar el particularismo lingüístico vasco. En 1895, él creó el Partido Nacionalista Vasco reivindicando la independencia de la región vasca. Este partido tuvo buenos resultados a las elecciones de 1918, pero el campo republicano fueron victoriosos a las elecciones municipales de 1931. Se depositó al Rey Alphonse XIII y la República española fue declarada el 14 de abril. El Frente Popular resultante de las elecciones de 1936 concedió autonomía a los Vascos el 16 de octubre. [...]
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