Primero, el término de “consenso europeísta español” significa que todos los partidos políticos españoles estuvieron de acuerdo a la hora de integrar su país en la Comunidad Europea. Si hablamos de consenso español, es en comparación con Grecia y Portugal, dos países del sur de Europa que, como España, solicitaron su adhesión a la Comunidad Europea a finales de los años setenta, entre 1975 y 1977. Grecia obtuvo su integración en 1981, España y Portugal en 1986, o sea casi en el mismo periodo. En los años setenta, los tres países compartían una situación interior similar y eran países parecidos en numerosos puntos: en efecto, compartían problemas económicos y un desarrollo inferior a la medida de los países miembros de la Comunidad.
Sin embargo, para estos países que llamaron a las puertas de la Comunidad Europea durante la misma fase de su construcción, la reacción frente a la eventualidad de una integración no fue parecida del todo. Los mapas de apoyo o rechazo a la integración europea diferenciaba según el país: Grecia y Portugal se dividieron según un esquema a favor/en contra de la integración, mientras que España conoció una unanimidad a favor, lo que llamamos el consenso europeísta español. Así, nos podemos preguntar: Por qué todos los partidos políticos españoles estuvieron de acuerdo con la necesidad de integrar el país en la Comunidad Europea, mientras que los partidos griegos y portugueses se dividieron acerca de este asunto, y esto entre 1975 y 1985?
[...] Voces disonantes y contradicciones sobrepasadas Si bien el consenso europeísta español está averiguado, no hay que olvidar que hubo voces disonantes antes de la convergencia ideológica. No era evidente para los partidos socialista y comunista adherir al consenso en su conjunto, por razones ideológicas claras. Y las derechas ibéricas tuvieron que abandonar el nacionalismo tradicional heredado de los regimenes anteriores. Estas voces disonantes desaparecieron con el tiempo y frente a la necesidad de integración en a la CE para asegurar un porvenir más moderno al país. [...]
[...] En breve, la polarización política no desapareció pero intentó integrarse en el proyecto de integración europea. III) Explicación contextual a la excepción española No basta la explicación del consenso europeísta entre todos los partidos políticos, porque uno podría adelantarnos que Grecia y Portugal tenían el mismo esquema de polarización política, dado la emergencia reciente del pluralismo en los tres países. Así tenemos que presentar otra explicación, más contextual, de la desviación de España respecto a Grecia y Portugal. En efecto, una explicación comparada de los tres países permite entender mejor las particularidades españoles que hicieron posible este consenso. [...]
[...] II) La unanimidad española: ¿hacia una despolarización? El consenso alrededor de los 3 ejes El consenso de los partidos españoles se hizo alrededor de los tres ejes anteriormente presentados, que retomaremos para entender mejor el fenómeno de convergencia ideológica. Primero, el optimismo económico era general: tanto Alianza Popular como la UCD veían la integración como una necesidad dado el nivel de comercio entre España y los Nueve de la CE; sería un hecho catalizador de la reestructuración económica. El PSOE curiosamente también tuvo un discurso modernizador. [...]
[...] Transición democrática La transición democrática sería quizás el elemento más importante para explicar el consenso europeísta español. En efecto, se trata de reducir los riesgos de regresión al autoritarismo y la naturaleza de la transición democrática depende del tipo de crisis que sufrió el régimen autoritario. Distingamos la transición con desafección militar de la transición sin desafección militar: en el caso de Grecia o Portugal fueron las fuerzas armadas las que pusieron fin a la dictadura, régimen que estaba entrado en contradicción con sus ideales. [...]
[...] Finalmente, intentaremos dar tres explicaciones más contextuales a la excepción europeísta española. El estereotipo europeísta Los 3 ejes de análisis Europeismo y anti-europeismo se construyen sobre una coincidencia de las preocupaciones de los partidos políticos y sobre una visión opuesta de lo que podría acontecer para el país en caso de integración europea. Podemos crear un estereotipo del europeísta o del anti-europeísta analizando sus reacciones y opiniones en cuanto a tres ejes principales, que son el impacto económico de la integración, los limites que ésta impusiera al nuevo régimen político, y el nuevo estatus internacional que otorgara. [...]
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