Dictadura franquista : la « España una » contra los separatismos (1939-1975)

Résumé du document

La guerra civil entre el bando franquista y el « republicano » tiene múltiples causas sobre las que no voy a insistir aquí. Es evidente que una de ellas fue la profunda hostilidad de los sectores conservadores y autoritarios a la autonomía concedida por el gobierno azañista mediante una constitución acusada de fomentar la « desintegración » del país.

Extraits

[...] En 1915, diversos países instauraron el Día de la Raza y a partir de 1919 la revista Raza Española difundió las afinidades culturales entre la antigua metrópoli que había aportado el catolicismo al Nuevo Mundo, y sus antiguas colonias. El régimen hizo del Día de la Hispanidad la fecha solemne y definidora de la unidad que en aquel día [12 de octubre de 1492] España, lograda su unidad nacional, política y religiosa, obtiene, como empresa hispana, la unidad geográfioca a la redondez del mundo, difundiendo por él la luz de sus creencias en armónica y sabia ordenación de pensamientos y costumbres En cuanto al autoritarismo, era constitucional a la institución militar, que desde la ley de Jurisdicciones de 1906 solía involucrarse cada vez más en la vida política del país. [...]

[...] Para José María Pemán, los idiomas regionales eran dialectos o lenguajes vernáculos que constituían un peligro prehistórico ; para acabar con los nacionalismos periféricos, convenía llevar a cabo una castellanización vigorosa y contundente, reservando el conocimiento de los idiomas dialectales al estudio de los eruditos. Como los distintos dominios de la monarquía española a partir de los Reyes Católicos (período ensalzado por la historiografía producida por los historiadores al servicio del régimen y también por el primer cine franquista), todas las regiones debían ser unidas bajo una misma autoridad. Sin embargo, la voluntad de unificación centralizadora del franquismo no supuso igualdad de tratamiento para todos. [...]

[...] Dictadura franquista : la España una contra los separatismos (1939- 1975) 1. El triunfo de los nacionales en la guerra de dos Españas” La guerra civil entre el bando franquista y el republicano tiene múltiples causas sobre las que no voy a insistir aquí. Es evidente que una de ellas fue la profunda hostilidad de los sectores conservadores y autoritarios a la autonomía concedida por el gobierno azañista mediante una constitución acusada de fomentar la desintegración del país. En los 27 puntos aprobados en octubre de 1934 por Falange española se leía lo siguiente : España es una unidad de destino en lo universal. [...]

[...] La Constitución vigente, en cuanto incita a las disgregaciones, atenta contra la unidad de destino de España. Por eso exigimos su anulación fulminante La derecha franquista asimilaba cualquier tipo de aspiración particularista al separatismo incluso si los que profesaban una ideología nacionalista no pedían separarse, declarando Franco en repetidas ocasiones que la autonomía concedida a catalanes y vascos equivalía al intento de separación de dos regiones Los autores del golpe militar de julio de 1936 que marca los inicios de la guerra civil, esgrimieron, entre otras justificaciones de su asalto al régimen de la República, su hostilidad hacia los separatismos En una entrevista con el periodista Henry Massis de 1938, el general Franco declaraba que su régimen sería necesariamente totalitario ( ) autoritario de integración nacional y que, al finalizar la contienda, sería necesario volver a crear los beneficios de la unidad. [...]

[...] Aquella gesta fue instrumentalizada sobre todo por el bando republicano según el cual los que se pretendían nacionales estaban en manos de potencias extranjeras y provocaban la ruina del país. Con no poca razón, el Presidente de una República vencida, Manuel Azaña escribiría, antes de morir en el exilio en Montauban en 1940, que a partir de 1936 se había impuesto un concepto de nacionalidad y lo nacional demasiado restringido. Según este concepto, una sola manera de pensar y de creer, una sola manera de comprender la tradición y de continuarla son auténticamente españolas. [...]