Para comprender la aparición de movimientos guerrilleros en la década de los sesenta en Uruguay, hay que recordar primero el marco histórico en el cual se desarrolló. Por mucho tiempo Uruguay fue llamado la “Suiza de América”; era un país con menos de 3 millones de habitantes en mayoría descendientes de inmigrantes europeos. Uruguay era uno de los países con mejores índices económicos y sociales de América Latina, teniendo su principal fundamento en el campo. Por otra parte, la tradición democrática era muy inculcada en la sociedad, lo que se traducía por un importante respaldo de la población hacia los partidos tradicionales conservadores que son el partido Blanco y el partido Colorado. Tenemos así que analizar lo que fue el elemento disparador del surgimiento de un movimiento guerrillero, cómo se va a desarrollar éste en un tal contexto y con que resultados
[...] Su carácter de movimiento y el peso de la propia historia uruguaya lo situaron en la encrucijada de estas dos tradiciones, en muchos aspectos contradictorios. Esta contradicción se encontró por eso a través de la composición de la organización, “especie de mosaico ideológico”, en la cual cada quién en mayor o menor grado mantenía una relación con el movimiento del que se había desprendido. Mientras que para algunos tales como José Mujica y Fernández Huidobro el inicio de las acciones armadas es reivindicado hoy como reacción de autodefensa ante posibles golpes militares, para otros como Aníbal de Lucía o Jorge Torres la meta era sin embargo claramente la toma del poder por la vía armada y el socialismo. [...]
[...] Tenemos así que analizar lo que fue el elemento disparador del surgimiento de un movimiento guerrillero, cómo se va a desarrollar éste en un tal contexto y con que resultados . I. Contexto y “orígenes” del movimiento guerrillero de los “Tupamaros” 1. La lucha por los derechos de los cañeros: tema federador ante un posible golpe de estado Las décadas 50 y 60 se caracterizaron por un estancamiento económico al cual se sumó una espiral inflacionaria al final de los años 50 que afectó seriamente el poder de compra de los salarios. [...]
[...] El acontecimiento demostraba de hecho la necesidad de crecimiento y trabajo con primera tarea construir una infraestructura mínima. A principios de 1969 ocurrió un importante operativo por parte de los Tupamaros: el asalto a la Financiera Monty, que les proveyó documentación probando la corrupción del sistema financiero. Mientras tanto había ganado en las elecciones de 1966 el general Gestido (partido Colorado) pero murió y le sucedió Pacheco Areco. Areco empezó a actuar con mano dura y gobernar a partir de 1969 con el Estado de Sitio para mantener la seguridad. [...]
[...] Varios de los miembros del movimiento pasaron así a ocupar puestos de relevancia en el gobierno uruguayo. José Mujica y Nora Castro son actualmente presidente de las cámaras del Congreso desde marzo 2005, Mujica siendo además ministro de la Ganadería, agricultura y pesca. Conclusión El MLN fue, además, un verdadero símbolo para otras organizaciones armadas latinoamericanas en especial por el aspecto innovador de su acción urbana. El desarrollo que alcanzó el movimiento en Uruguay le permitió transformarse en un protagonista central de la espiral de violencia que terminó en el golpe de Estado de 1973 y en un actor relevante del nuevo escenario político. [...]
[...] Y de ahí en adelante se produce el auge de los Tupamaros”. En efecto, ante la nueva situación creada, el MLN comenzó una escalada operativa que llegó a la toma de la ciudad de Pando el 8 de octubre de 1969. Bien ejecutada en primera parte, la operación se volvió en su repliegue en un fracaso militar. Paradójicamente, con la operación Pando ocurrió un fenómeno que también se dio con el 22 de diciembre de 1966: a la derrota militar sucedió un crecimiento político. [...]
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