Hoy en día, la sociología está cada vez más presente en nuestra vida. Los medios de comunicación se están “sociologizando”, como lo muestra la multiplicación de los sondeos, de los análisis sociológicos, o de cualquier otro método originalmente utilizado en sociología. Además, muchos otros actores sociales se están dotando de sociólogos: las empresas, las instituciones públicas, los agentes políticos (partidos, candidatos,…), las organizaciones de cualquier tipo (sindicatos, ONG,…), etc. Por tanto nos encontramos cada vez más frecuentemente frente a informaciones de tipo sociológico. Paradójicamente, esta omnipresencia está dando todavía más fuerza a la sociología de sentido común, en oposición a la científica. En efecto, a menudo la sociologización de la sociedad se hace a coste del rigor y del serio de esta ciencia. Podemos citar como ejemplos los sondeos por mensajes telefónicos, que utiliza mucho la televisión y que son todo menos representativos, pero que nos presentan como el exacto reflejo de la opinión pública. También remarcamos que los conceptos sociológicos pronto pasan en el lenguaje común, a veces a coste de su verdadera significación y de su rigor de utilización. Así que el sentido común, que pretende explicar muchas cosas, no puede ser fiable: en efecto, no se basa en ningún método de investigación o de demostración, e incluso se contradice en muchos casos.
Así, se trata más bien de una desviación de la sociología, al menos en ciertos casos. A lo mejor la razón la podemos encontrar en la complejidad del método sociológico, que no puede ser utilizado de manera ligera. En efecto, la sociología es una ciencia, no una mera observación e interpretación subjetiva de los hechos sociales. Tiene una importancia capital la sociología en el mundo actual. En efecto, la lista de lo que está condicionado por el social es tremendamente larga. Siempre ha habido intentos de explicar hechos sociales por otras razones, y sigue habiendo hoy en día. Por ejemplo, en los años 90, unos autores estadounidenses (Herrnsetin y Muyrray) pretendieron explicar los diferentes niveles de inteligencia por la raza, haciendo de los blancos los más inteligentes por razones biológicas. De mismo modo, en 1938 se había dirigido un estudio en las cárceles franquistas españolas para determinar que malformación llevaba al marxismo. En los dos casos, resulta muy claro que las verdaderas causas son puramente sociales. Los negros no son tontos por naturaleza, y no existe un origen biológico a la ideología marxista. Solo se pueden explicar estos fenómenos con un método sociológico.
Desde hace un poco más de dos siglos, muchos autores han luchado para el reconocimiento de la sociología como ciencia de pleno derecho, al imagen de Durkheim que toda su vida intentó impulsar la creación de una cátedra de sociología en la Universidad de París. Por eso, tenemos que entender la sociología antes de practicarla.
Es justamente lo que intentaremos hacer aquí. Veremos cómo la sociedad resulta un objeto de estudio tremendamente complejo, y en cierto sentido único en sus características. Por tanto nos interesaremos a la llamada “mirada sociológica”, o sea el método de los sociólogos para conocer e investigar la realidad social.
[...] La mejor prueba de este carácter del concepto de familia es la increíble variación de formas que tiene según las culturas del mundo entero. El caso del género es similar: se basa en una diferencia biológica de sexo entre el varón y la mujer, pero a lo largo de la historia, ha cambiado mucho y sigue haciéndolo. Así que la construcción social es muy importante a la hora de estudiar la sociedad. No estamos frente a un objeto de estudio fijo sino constantemente cambiante. Por tanto, hace falta tener en cuenta esta mutación continua de la sociedad a la hora de estudiarla. [...]
[...] La realidad social y la mirada sociológica Hoy en día, la sociología está cada vez más presente en nuestra vida. Los medios de comunicación se están “sociologizando”, como lo muestra la multiplicación de los sondeos, de los análisis sociológicos, o de cualquier otro método originalmente utilizado en sociología. Además, muchos otros actores sociales se están dotando de sociólogos: las empresas, las instituciones públicas, los agentes políticos (partidos, candidatos, las organizaciones de cualquier tipo (sindicatos, ONG, etc. Por tanto nos encontramos cada vez más frecuentemente frente a informaciones de tipo sociológico. [...]
[...] Solo se pueden explicar estos fenómenos con un método sociológico. Desde hace un poco más de dos siglos, muchos autores han luchado para el reconocimiento de la sociología como ciencia de pleno derecho, al imagen de Durkheim que toda su vida intentó impulsar la creación de una cátedra de sociología en la Universidad de Paris. Por eso, tenemos que entender la sociología antes de practicarla. Es justamente lo que intentaremos hacer aquí. Veremos cómo la sociedad resulta un objeto de estudio tremendamente complejo, y en cierto sentido único en sus características. [...]
[...] Se introduce aquí una relación en doble sentido entre el individuo y la sociedad. Otra dificultad en el estudio de la sociedad es que no es un objeto de estudio fijo, inmóvil, sino que está continuamente cambiando y mudándose. Para entender la sociedad, no se puede “fotografiarla”, o sea fijarla en su estado en un momento dado, y estudiar esta imagen. En efecto, incluso durante el plazo de estudio, la sociedad habrá cambiado mucho. La realidad social se construye cada día, continuamente, y no podemos parar este cambio para estudiarla. [...]
[...] Tiene una importancia capital la sociología en el mundo actual. En efecto, la lista de lo que está condicionado por el social es tremendamente larga. Siempre ha habido intentos de explicar hechos sociales por otras razones, y sigue habiendo hoy en día. Por ejemplo, en los años 90, unos autores estadounidenses (Herrnsetin y Muyrray) pretendieron explicar los diferentes niveles de inteligencia por la raza, haciendo de los blancos los más inteligentes por razones biológicas. De mismo modo, en 1938 se había dirigido un estudio en las cárceles franquistas españolas para determinar que malformación llevaba al marxismo. [...]
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