En este breve escrito me permito hacer una lectura de la obra de Lorenzo de Zavala y Sáenz[i] “Viaje a los Estados Unidos del Norte de América. De antemano debo hacer notar que no seguiré secuencialmente los capítulos del libro, pues las líneas conductoras para hacer esta lectura serán cinco conceptos: Historia (su escritura, para ser preciso), Civilización, Naturaleza y Religión. Tales conceptos permitirán un mejor aprovechamiento de la obra; y si bien esta lectura no permitirá compendiar la información que sobre los Estados Unidos y México proporciona el autor, ni tampoco saber si ésta es o no verídica, nos proporcionará en cambio algunas luces sobre las concepciones de los liberales radicales de la primera mitad del siglo XIX, y del controvertido político yucateco en particular.
La elección de los conceptos arriba citados proviene en gran parte de la naturaleza de la obra y los juicios en ella vertidos. Hay que tomar en cuenta que se trata de un libro de viajes, de los que estuvo repleta la literatura decimonónica, y que posee en consecuencia las características propias del género: descripciones del paisaje, costumbres, formas de gobierno, relatos de anécdotas, relatos de visitas y encuentros con amigos y conocidos, información sobre las características del transporte y alojamiento. Pero además, la elección de los conceptos proviene también de determinados intereses: en un estudiante de historia el interés por la formar en que el autor de una obra concibe como debe escribir sobre esa misma ciencia parece no requerir mayor justificación. Ahora bien, los otros cuatro conceptos: Civilización, Democracia, Religión y Naturaleza, cobran también significado si consideramos los caracteres de la Modernidad y las críticas que en las últimas décadas se le ha hecho. Esto es, se trata justamente de conceptos clave para la propia Modernidad, y aunque el de Libertad no esté incluido, siendo acaso el fundamento más claro de lo moderno, se le dedicará algún espacio dentro del concepto de la Democracia.
Por último, cabe resaltar también lo necesario que resulta estudiar a los liberales de la primera mitad del siglo XIX. Autores como Charles Hale le han dedicado obras monográficas al liberalismo, otros, como Will Fowler, han tratado de comprender más bien a los liberales como personas a partir de sus biografías. Aquí, al tratar de buscar algún conocimiento del pensamiento de un autor a través de una sola de sus obras, debe reconocerse, además de esos limitantes, que el autor fue un importante líder político de la época, y sus ideas eran bien posiblemente compartidas por otros individuos.
Hechas estas aclaraciones introductorias, paso directamente al tema que nos ocupa.
[...] En todos los puntos de su viaje, desde Nueva Orleáns, hasta Nueva York y Washington, el autor toma nota de las características de la ciudad. Se lamenta por la salubridad del sur de la Luisiana, los incendios neoyorkinos, la falta de aseo de Cincinnati, etc. En cambio, valora sus “progresos”, el trazo y amplitud de las calles, el incremento de los habitantes, la construcción de casas y edificios públicos, la instalación de manufacturas, su comercio, etc. Cuando menciona los datos del comercio portuario de Nueva York exclama: movimiento no es necesario para un giro tan vasto y extenso” (p. [...]
[...] Habla de la “fuerza del hombre” paralela a la fuerza de Dios, concluyendo que: la ayudad de la mecánica el hombre, en apariencia ser débil y miserable, extendiendo la mano sobre la inmensidad del mundo, toma posesión de sus torrentes, de sus vientos desencadenados, del flujo y reflujo del mar, de los metales y combustibles esparcidos en la superficie dela tierra, u ocultos en su seno, de los líquidos convertidos en vapor (que) son el más poderoso agente en las manos del hombre” (p. 200). Como era de esperarse, deposita también grandes esperanzas en la educación norteamericana. Aprecia mucho la existencia de un gran número de escuelas (v.g. trescientas en Nueva York) y no omite mencionar su apoyo para la educación de un indio mexiquense, por supuesto, dedica su atención a escuelas como la de Mr. M. Clure, “escuela práctica de artes y oficios” (p. 54) o a la de Mr. [...]
[...] A México también le toca su parte en semejante progreso de la historia. Avizoraba el autor que la migración norteamericana y europea controlaría todos los extensos territorios del norte del país, hasta Jalisco, Zacatecas y San Luis Potosí, y a fin de cuentas: sistema americano obtendrá una victoria completa aunque sangrienta” (p. 228) Aunque ciertamente no previó el desmembramiento del territorio mexicano. Así pues, el viaje de Zavala es un viaje a la tierra de los más grandes progresos de la humanidad para que los mexicanos: “tomen ejemplo y lecciones de esa escuela práctica de política liberal e independiente, que hoy es al (sic) modelo a todos los pueblos civilizados” (p. [...]
[...] Precisamente el Prólogo contiene lo más notable de las consideraciones que sobre la escritura de la historia realiza en la obra. En principio, resaltan a primera vista los principios empiristas en que cree el autor: mas que obedecer a querellas de partido, declara decir la “verdad histórica” en virtud de: . los documentos oficiales, de los impresos de la era y de las publicaciones concienzudas de los pocos hombres que se desnudan de las afecciones de las personas y de los partidos”[ii] Metodológicamente su planteamiento es claro: documentos oficiales y obras escritas permiten llegar a la verdad histórica, siempre y cuando los hombres desnuden de sus propias subjetividades. [...]
[...] En este gobierno democrático y liberal, Zavala mira la culminación de una caracterización singularmente halagüeña de Estados Unidos: . no hay ni hubo jamás un pueblo en que los derechos del ciudadano fuesen más respetados, en que los individuos tuviesen más participación en el gobierno, en que las masas estuviesen más perfectamente niveladas en todos los goces sociales”. (p. 221) poder popular en toda su plenitud, gobernando una nación rica, poderosa, y de una inmensa extensión, dirigiéndola con sabiduría, con moderación, con tino, y viendo desenvolverse bajo su administración los elementos de una grande prosperidad territorial, industrial y mercantil . [...]
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