Alexis De Tocqueville, democracia, igualdad de condiciones, descentralización administrativa, liberal de nueva especie
El francés Alexis de Tocqueville (1805-1859), de origen noble, desarrolló una brillante carrera jurídica y una importante actividad política y parlamentaria.
Se le considera el último representante directo de la estela intelectual de Montesquieu.
Se le llamó el "Montesquieu del siglo XIX". Él se autodefinió como "un liberal de
nueva especie".
Tocqueville, por familia y educación pertenecía al mundo que había sido derrotado por la Revolución francesa, pero, consciente de que el mundo aristocrático del llamado Antiguo Régimen había desaparecido para siempre, está dispuesto a entender, por lo menos intelectualmente, el orden nuevo. Él mismo está situado en el umbral de uno y otro mundo. Así, escribió sobre sí mismo: "Tengo por las instituciones democráticas una inclinación intelectual, pero soy aristócrata por instinto, es decir, desprecio y temo a la multitud. Amo con pasión la libertad, la legalidad, el respeto a los derechos, pero no la democracia. Éste es el fondo de mi alma".
Sin embargo, fue de los primeros pensadores que más agudamente analizaron y
penetraron en la esencia y los mecanismos de los regímenes y las sociedades
democráticas.
[...] *El peligro de la persistencia de la revolución: Por otra parte, el problema que históricamente más le inquietaba era el de la persistencia de la revolución (en el siglo XIX se había llegado a una especie de “religión de la revolución”, con un gusto patológico por la violencia) que ponía en peligro la libertad. *En su reflexión sobre la relación tensionada entre igualdad y libertad, la cuestión central para él era la creciente dependencia que empezaba a haber del individuo en relación al Estado, y en ese sentido, la tarea más importante y urgente era la conservación de la libertad, cuyo principal enemigo no era tanto el poder político, como el tipo de sociedad y de costumbres que el Estado estaba engendrando. (El peligro del reconocimiento de la “infalibilidad” de la masa. [...]
[...] [La opinión mayoritaria puede deciros [ libres de no pensar como yo, pero desde este día sois un extranjero entre nosotros”] Tocqueville fue el que introdujo el término individualismo en el uso de la ciencia política (frente al anterior de “egoísmo”) [aunque el término había sido ya usado por Saint-Simon]. Individualismo al que T. le da una connotación peyorativa: individualismo es un sentimiento reflexivo y apacible que induce a cada ciudadano a aislarse de la masa de sus semejantes y a mantenerse aparte con su familia y sus amigos; de suerte que después de formar una pequeña sociedad para su uso particular, abandona a sí misma a la grande”. [...]
[...] La igualdad es –para Tocqueville-el verdadero signo de la democracia. Y el gran cambio histórico que se está produciendo es el de la sustitución de las sociedades aristocráticas jerárquicas por las sociedades democráticas igualitarias. Tocqueville hizo un viaje a América (con su amigo Beaumont, intelectual jurista), para estudiar el sistema penitenciario de EE.UU., y analizó la democracia en estado puro, sin pasado aristocrático (como, sin embargo, sí lo tenía Inglaterra). La primera conclusión que saca es que la igualdad de condiciones es el “hecho generador”, el carácter universal de la revolución democrática. [...]
[...] Amo con pasión la libertad, la legalidad, el respeto a los derechos, pero no la democracia. Éste es el fondo de mi alma”. Sin embargo, fue de los primeros pensadores que más agudamente analizaron y penetraron en la esencia y los mecanismos de los regímenes y las sociedades democráticas. Sus dos principales obras son: La democracia en América (1ª parte: 1835; 2ª: 1840) y El Antiguo Régimen y la Revolución, de 1856 (muere en 1859). En ambas obras, el pensamiento tocquevilliano gira alrededor de tres puntos de apoyo: la libertad, la igualdad y el problema de la revolución. [...]
[...] público tiene en los pueblos democráticos un poder singular”, un poder “invisible y casi impalpable”) El ejercicio de la libertad era, pues, una tensión constante entre diversos factores y fuerzas: -Contra el Estado; -contra una mayoría socialmente tiránica; -contra el hombre nuevo que se estaba formando, escindido entre su pasión por la igualdad y el ejercicio racional de su ciudadanía. La gran pasión de Tocqueville fue la defensa de la libertad, y son significativas sus palabras cuando escribe: que busque en la libertad otra cosa que no sea ella misma está hecho para servir”. [...]
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