Ensayo, John Rawls, ideal, justicia
John Rawls, filósofo político estadounidense del siglo XX, se volvió famoso con la publicación de su libro Teoría de la justicia, en 1971.
Esta obra se publicó a un momento llave para los Estados Unidos: en guerra en Vietnam, viviendo una lucha interna para los derechos cívicos, el país estaba marcado por unos profundos movimientos culturales y sociales.
En este contexto de seria crisis, la obra de Rawls se enfoca sobre nociones de ética y de justicia, y intenta crear nuevos vínculos con la tradición contractualita, vinculándola con la reflexión liberal, intentando articular racionalmente libertad individual y solidaridad social.
Rawls parece tener su legitimidad del derecho de la tradición lockeana, que hace prevaler la soberanía ilimitada del individuo, por sus derechos naturales y fundamentales, sobre los cuales deberían calcarse los derechos positivos.
Así, son el individuo y su protección, y no el pueblo y su voluntad, que constituyen la fuente de la legitimidad del derecho, y en su trabajo, Rawls intenta encontrar una justicia que sepa respectar los derechos individuales de los individuos, mientras siendo más equitativa.
[...] Así, según Rawls, el poder coercitivo de una sociedad democrática es el poder del público, es decir de ciudadanos libres y iguales. El poder político está legitimado si esta guiado por principios y ideales que cada ciudadano puede aceptar a la luz de su propia razón. Esta concepción de la sociedad democrática implica lo que Rawls llama un “deber de civilidad”: un ciudadano de la democracia deliberativa esta susceptible poder explicar a los otros como el poder político que uno sostiene es aceptable para todos. [...]
[...] Conclusión Así, a través de sus dos mayores obras, Rawls preconizó crear una teoría de la justicia permitiendo pensar una sociedad justa porque equitativa. Su obra constituye un aporte fundamental en la filosofía política y en los debates contemporáneos, en cuanto a las sociedades actuales. Por su teoría del acuerdo original y del velo de la ignorancia, Rawls encontró una nueva manera de pensar la justicia en una sociedad contemporánea, caracterizada por su pluralismo irreductible. Sin embargo, el carácter hipotético de esta situación de igualdad inicial queda una situación “hipotética”, lo que puso en relieve Habermas, mostrando que elegir razones estrictamente políticas y razonar únicamente por el Bien común era imposible por el mismo hecho que nuestras orientaciones políticas y elecciones son influenciadas y el resultado de influencias morales, religiosas o metafísicas. [...]
[...] Hay una idea fundamental que une Rawls a Habermas: un poder es legítimo si procede de la decisión colectiva de ciudadanos iguales que están gobernados por este poder. Sin embargo, el debate entre Rawls y Habermas se sitúa precisamente en la definición de “ciudadano” y “colectivo”, así que esa matiza crea un antagonismo profundo entre la teoría democrática de Rawls y aquella de Habermas. Si los pensadores citados insisten ambos sobre la necesidad de un debate público entre ciudadanos libres y iguales, parece sin embargo haber una diferencia de grados entre el pensamiento de los dos autores. [...]
[...] liberalismo político) Después de Teoría de la justicia, Rawls publicó Liberalismo político, en 1993, que aparece como un intento de resolver algunas contradicciones de la precedente obra de Rawls, Teoría de la justicia Así, en las primeras páginas del libro, Rawls indica que su análisis de la estabilidad en Teoría de la justicia no es adecuada con la teoría general del libro, porque la teoría de la justicia como equidad se entiende como una doctrina exhaustiva, lo que no puede adecuarse con la pluralidad de opiniones y su relatividad en contexto de liberalismo político. Esta obra se propone resolver esas complicaciones de Teoría de la justicia. Como una sociedad liberal esta necesariamente constituida de individuos con creencias y concepciones del Bien propias, se debe encontrar una teoría de la justicia que sea aceptada por una pluralidad de doctrinas exhaustivas, es decir por los individuos aunque no piensen iguales. [...]
[...] Como estar seguro que puedan gozar de una igualdad substancial y formal? Como adoptar argumentos admisibles por todos? Seria seguro que la clausula del mejor argumento 8 funcione? Según Habermas, con la concepción rawlsiana, nunca podremos lograr el procedimiento democrático plenamente, porque Rawls olvido la dimensión comunicacional de los participantes y restrinjo demasiado el campo de la razón pública, por una forma de “neutralidad axiológica”, como si las orientaciones morales no tenían influencia sobre la elaboración de las leyes civiles y constitucionales. [...]
Source aux normes APA
Pour votre bibliographieLecture en ligne
avec notre liseuse dédiée !Contenu vérifié
par notre comité de lecture