Antes de empezar a tratar el tema de “Respiración artificial cuerpos y escrituras: la
presencia y la ausencia” cabe decir de que esta obra nos pareció increíble por su densidad y su
riqueza. Tenemos conciencia del límite de este trabajo en cuanto al tiempo y a las páginas
exigidas, es por eso que hemos elegido los puntos que nos interesaban más tratar y que nos
parecían más significativos para esta reseña.
Para llevar a cabo nuestro trabajo fue primordial esclarecer el sentido del sujeto e
interrogarnos acerca de la noción de cuerpos, escrituras, la presencia y la ausencia. ¿Qué
relaciones podíamos establecer entre ambos términos? Podíamos seguir la lógica sintáctica
que nos conducía a asociar los cuerpos con las escrituras, la presencia con la ausencia o ¿no
podíamos encontrar otras parejas, otras vías de lecturas? Si existe una escritura del cuerpo,
¿en qué medida esa –y esas- escritura(s) puede(n) describir la presencia o la ausencia?
En primer lugar hemos intentado establecer las relaciones que entretienen los cuerpos
con las escrituras para luego interrogarnos sobre las nociones de presencia y ausencia.
Llegados a este punto de nuestra reflexión era legítimo no sólo tratar de los cuerpos en la
novela sino también de ampliar nuestra visión a los cuerpos que son el del autor Ricardo
Piglia y de sus lectores.
Hemos tratado a lo largo de nuestra investigación hacer un constante esfuerzo de
reflexión crítica y apoyarnos siempre en ejemplos extraídos del libro para ilustrar nuestros
argumentos. Incluso algunas de nuestras pistas han desembocado sobre aspectos más
históricos y “reales” de la Historia.
[...] Ausentes también algunas escrituras, y sobre todo algunas cartas. No todas están citadas en Respiración artificial, y lo dice el mismo Renzi en el principio de la novela al empezar en capitulo III de la primera parte: tiene sentido que reproduzca todas esas cartas”54. Y luego él de decir: un secreto, pero no tiene ninguna importancia”55. Entonces a nosotros de preguntarnos: ¿cómo se puede que no tenga ninguna importancia si es él que nos advierte de qué hay un secreto? [...]
[...] Las cartas no siempre llegan a su destino, son interceptadas por uno de los lectores censor del estado. El cuerpo humano permite a los pensamientos resistir y vivir. A lo largo de la correspondencia de Marcelo Maggi y de Emilio Renzi, el encuentro de los dos cuerpos está deseado. Por ejemplo, Renzi dice a su tío: nos veremos (por fin), charlaremos interminablemente hasta dejar bien aclaradas nuestras BERTHELOT, Francis: Le corps du héros: Paris: Nathan: 1997: p192. PIGLIA, Ricardo: Respiración artificial: Barcelona: Anagrama: 2001: p PIGLIA, Ricardo: Respiración artificial: Barcelona: Anagrama: 2001: p PIGLIA, Ricardo: Respiración artificial: Barcelona: Anagrama: 2001: p PIGLIA, Ricardo: Respiración artificial: Barcelona: Anagrama: 2001: p PIGLIA, Ricardo: Respiración artificial: Barcelona: Anagrama: 2001: p62. [...]
[...] Allí está el secreto, si es que hay un secreto”60. Podemos notar el paralelismo entre la primera frase del libro: una historia? Si hay una historia ( . que parece haber hecho a la construcción de la frase citada de manera anterior: secreto, si es que hay un secreto” . o sea que la novela se cierra como a empezado: con una ausencia total de certidumbres. Pero si hay secreto, es porque se trata de lo que no se puede hablar. [...]
[...] Respiración artificial cuerpos y escrituras: la presencia y la ausencia. crimen”, corto relato añadido en Prisión Perpetua en el cual ella es la única testigo de un crimen y en el cual Emilio Renzi es el único en entender lo que ella dice, llevando a cabo una tarea de lingüista que le permite re-construir su testimonio y sacar lo coherente de lo que parece a priori no tener ningún sentido. Así nos explica que una serie de reglas en lingüística, un código que se usa para analizar el lenguaje sicótico” 35y es gracias a esa serie de reglas que logra descifrar lo que intenta decir loca”. [...]
[...] Vamos esperarlo, le digo. ( . ) Vamos a esperarlo toda la noche. Estoy seguro de que hoy él va a volver. ( . ) Nos quedaremos juntos, le digo, si le parece, hasta la madrugada, esperando que llegue el profesor. Iremos a mi casa después”45. Vemos entonces como se articula toda la historia en torno a la enigmática ausencia del profesor, y como el tiempo pasando, los protagonistas se vuelen más y más ansiosos: “Ahora estoy acá y vamos a verlo, pero tampoco sabemos si lo vamos a encontrar”46 dice Renzi cuando Tardewski hace un lapso por lo menos macabro y significativo que trata de corregir veces, dijo, basta que alguien falte unas horas PIGLIA, Ricardo: Respiración artificial: Barcelona: Anagrama: 2001: p218. [...]
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