Por ello, nos concentraremos en el análisis de los libros de dos grandes autores japoneses, probablemente los más famosos de nuestra época: Confessions d'un masque (1949) , de Yukio Mishima y Les belles endormies (1961) , de Yasunari Kawbata. Obviamente, la elección de tales escritores, no es mera casualidad. Por una parte, las novelas elegidas están consideradas como las obras maestras de estos autores. Encontraron un éxito fabuloso, no solamente en Japón sino también en el resto del mundo, especialmente con la consagración última del premio Nóbel entregado a Kawabata en 1968. Por otra parte, no se ignora la relación filial entre ambos personajes, ni la similitud de los acontecimientos que han marcado sus vidas respectivas. Un punto muy relevante también, común a los dos autores, se halla en la fuerte imbricación entre su obra y su vida. Conociendo la biografía de cada uno, es muy sorprendente ver hasta que punto sus vidas se proyectan en sus obras.
Por consiguiente, la perspectiva comparativa aquí solo tiene valor de estudio por la gran dimensiόn autobiográfica que contienen ambos libros. No se trata de realizar un estudio académico en torno a la relación entre erotismo y muerte, sino tratar de abarcar los temas por el medio de la sensibilidad de los dos autores. ¿En que medida la creación literaria puede reflejar las asperidades de su contemporaneidad? La realización del siguiente trabajo nos incumbe un recorrido permanente dentro de una dialéctica que combina ficciόn, ya que la base del trabajo siguiente es la obra literaria misma, y realidad, porque nos quedaremos en nuestro estatuto de lector, observador de la experiencia de los extremos de la vida. De hecho, aquí, el trabajo que nos incumbe es tan peligroso como el de un funámbulo: siguiendo el hilo de la narratividad, tendremos que realizar un balance constante entre la subjetividad del autor en tanto que personaje de ficción y en tanto que "autor" exterior a la ficción, y nuestra propia subjetividad.
Un encuentro delicado entre dos mundos ubicados a las antípodas el uno del otro, un encuentro entre dos autores a la sensibilidad exacerbada, un encuentro entre el autor y él mismo. Tales son los objetivos que se nos proponemos cumplir. Por lo tanto, organizaremos el trabajo en dos diferentes niveles de lectura. En una primera parte, observaremos la relación entre erotismo y muerte por el prisma de una mirada tierce: la del otro. En la segunda, intentaremos captar la visión del autor sobre su propia obra y la finalidad que supone el relato autobiográfico. Haremos entonces un recorrido de la ficción a la realidad, lo que no significa que nos desplazaremos de la subjetividad a la objetividad clínica del estudio académico. Porque ante todo, se trata de dar cuenta de un encuentro entre seres sensibles, portavoces de una estética por completo.
[...] No obstante, lo que le llama la atenciόn sobre todo, son las dos flechas que atraviersan su cuerpo: flèches ont mordu dans la jeune chair ferme et parfumée et vont consumer son corps au plus profond, par les flammes de la souffrance et de l'extase suprême”.[16] De repente, la visiόn de esta escena le provoca todas las furiosas emociones de la excitación sexual. sang bouillonnait, mes reins se gonflaient comme sous l'effet de la colère. [ ] Mes mains, tout à fait inconsciemment, commencèrent un geste qu'on ne leur avait jamais enseigné. [ ] Soudain la chose jaillit, apportant un enivrement aveuglant”. Aquí tenemos el episodío más importante de todo el libro para entender la psicología de Mishima. La reacciόn física que acarrea la observación de San Sebastián está descrita como una acción completamente independiente de la voluntad del narrador. [...]
[...] Un encuentro entre Yasunari Kawabata y Mishima Yukio: diálogos sobre el erotismo y la muerte ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD A primera vista, la asociación entre el erotismo y la muerte puede parecer, sino antitética, curiosa. En efecto, el erotismo, en las múltiples formas en que se declina, como en sus finalidades sexuales, representa nada más y nada menos que la cima de la vida: el acto sexual que lleva consigo la reproducción. ¿Cómo, por consiguiente, atreverse a vincular el erotismo, símbolo de vida, a la muerte, punto irreversible de la humanidad? [...]
[...] Es con miedo que se introduce a sus lados. Un hombre que ya no es un hombre en el juego erótico es un hombre muerto. El espejo de la muerte En la tensión sofocante y densa de una pieza carmesí color del amor Eguchi se junta con el demonio de su erotismo. Tiene el aliento corto ante la belleza de la mujer dormida y al mismo tiempo tiene la impresión de que le crece un nuevo corazón, como una segunda suerte ofrecida por las circunstancias. [...]
[...] De un punto de vista más generalizante, es toda su vida que está orientada hacia el dolor y la tristeza. Está herméticamente encarcelado entre un comportamiento social que se le impone la estructura como el mismo, y la verdadera naturaleza de su ser, que le destina de todas maneras a gozar del mal. A lo largo de este estudio, hemos visto, a través de la sensibilidad de Yukio Mishima y de Yasunari Kawabata, cuanto podían ser relacionados los conceptos de muerte y de erotismo. [...]
[...] Una vez más el clivaje se profundiza entre los dos personajes de la habitación roja. ¿Serían las bellas durmientes una alegoría de Buda, capaz de concienciar el hombre sobre la tristeza de su condiciόn? suis devenu passablement mauvais.”[20] Si de manera involuntaria el encuentro con una bella durmiente ha permitido a Eguchi ver el reflejo de su propia existencia, el tema es muy diferente para Mishima. Por un lado, siempre ha menospreciado lo que era, buscando en el otro todo su contrario. [...]
Source aux normes APA
Pour votre bibliographieLecture en ligne
avec notre liseuse dédiée !Contenu vérifié
par notre comité de lecture