El fragmento presente fue sacado de la famosa obra clásica El ingenioso don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, publicada en 1615. Se trata de la segunda parte donde se relata la tercera salida de los dos compañeros; don Quijote y Sancho Panza, decididos al principio para ir a Zaragoza. Este capítulo bastante corto se incorpora más bien en el final de la obra cervantina ya que se trata del capítulo LXI y que el libro consta de setenta y cuatro. De los capítulos XXX hasta LVII, los dos se quedan con los Duques, quienes se burlan de varias maneras de ellos; incluso van a mostrar la ínsula Barataria a Sancho para que les muestre como gobierna. Después de marcharse, encuentran muy rápido a dos caballeros con los cuales hablan de una obra literaria que no es ni más ni menos el don Quijote apócrifo en cual se relata el viaje hasta Zaragoza, lo que hace cambiar de destinación al caballero, en efecto, para que el libro no describa su verdadera historia decide ir finalmente a Barcelona. La existencia del “falso quijote” en el libro de Cervantes aparece varias veces, e incluso en su prólogo lo menciona claramente. Además, a lo largo de la obra y del trayecto de don Quijote, él va a darse cuenta de su supuesta fama como caballero andante, tema que estará también presente en el.
[...] La ambigüedad en cuanto a la fama de don Quijote permite dos lecturas, una que da importancia a la celebridad del caballero, poco importa por qué, si es por su honor o por su capacidad a hacer reír, y otra que se concentra más en la fama del libro. La omnipresencia de la obra apócrifa a lo largo de toda la historia cervantina permite a su autor hacer alarde de su talento como escritor y se sirve de este procedimiento como un hilo conductor a través del conjunto de la novela. La profusión de los recursos retóricos aumenta esta sensación que Cervantes está haciendo una demostración estilística. [...]
[...] Finalmente, la naturaleza tan impresionante para ellos triunfa de ellos. El que no sean adultos sino “muchachos” los quienes causan su desaventura no es una casualidad, aumenta la impresión de debilidad de los dos compañeros que son víctimas de jóvenes. También podemos percatarnos de que la situación espacial de los dos evoluciona significativamente. Al principio, en efecto, don Quijote y Sancho miran la escena natural desde una posición bastante alta, donde pueden ver el mar y un paisaje visiblemente ancho, y terminan en el punto más bajo posible; el suelo. [...]
[...] Los sonidos armoniosos siguen son de chirimías y de los atabales”. El hipérbaton que empieza el párrafo permite anteponer el complemento palabras no menos comedidas de que éstas”, e insiste otra vez en la elocuencia del discurso. Aumenta esta impresión ceremonial de la situación. Toda esta situación claramente positiva va a contrastar totalmente con lo que va a seguir. Esta ruptura se marca con las cuatro iteraciones de la palabra jugando tanto con el sustantivo como con el adjetivo, lo que da también la impresión ritmada a la situación. [...]
[...] La réplica de don Antonio alcanza su meta ya que cabe notar poco después que el caballero andante parece convencido de que ya conocen estos hombres su historia y la existencia del falso libro. El hacer intervenir la fama del historiador: “flor de los historiadores” permite de cierta manera decir que don Quijote forma parte de la historia por su grandeza. En la réplica del caballero también se destaca la oposición entre las dos historias ya que conviven en la misma frase “nuestra historia” y del Aragonés”, lo que les ponen en contradicción. Le trata de usted don Antonio, lo que demuestra un gran respeto por él, al menos en apariencia. [...]
[...] El ingenioso don Quijote de la Mancha Parte II, Capítulo LXI El fragmento presente fue sacado de la famosa obra clásica El ingenioso don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, publicada en 1615. Se trata de la segunda parte donde se relata la tercera salida de los dos compañeros; don Quijote y Sancho Panza, decididos al principio para ir a Zaragoza. Este capítulo bastante corto se incorpora más bien en el final de la obra cervantina ya que se trata del capítulo LXI y que el libro consta de setenta y cuatro. [...]
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