La novela, El Aire, de Sergio Chejfec pertenece a la literatura dicha "apocalíptica" latinoamericana. En efecto, esta novela relata el pasado histórico particularmente la colonización de la Argentina: el encuentro doloroso con Occidente pero también esta búsqueda de identidad tan investigada en América latina. Esta novela es pues retrospectiva y nos dibuja los contornos de esta vuelta a la barbarie.
En este documento vamos a hacer un análisis literario - narrativa y de la novela - con el fin de poner en evidencia los elementos característicos de la literatura apocalíptica.
[...] En otras palabras, según García y Arizpe (2001: estrategia se fundamente en una concepción más dilatada del espacio, mientras la táctica se conforma a una intención localizada”. Pues bien esto se puede aplicar también a la novela, la situación económica y social es a lo que llamaríamos estrategia, y el personaje es lo que podríamos llamar táctica, por lo que vemos que ambos están conectados como los dos ejes de una misma gráfica. A lo largo de novela vamos a ir dándonos cuenta de el nexo que hay entre ambos. A medida que Barroso va enfermando, la ciudad se va degradando a la misma vez. [...]
[...] Como hemos visto, el también de alguna manera regresa a los orígenes. IV. Referencias: Aire” (2002). S. Chejfec. Buenos Aires: Alfaguara (1999). D. Sarmiento. Descargado el 21 de Noviembre desde: https://infosil.sil.edu.pe/biblioteca/docs/libros/Facundo%20- %20Domingo%20F.%20Sarmiento.pdf vuelta de la barbarie en El aire de Sergio Chejfec”. [...]
[...] Se compara a los habitantes de Buenos Aires con “tribus flotantes”(El Aire, pág 27). En resumen, la ideología sarmentina, también descrita por Annelies Oeyen (2008), se basa en que el territorio Argentino esta dividido en dos partes: por un lado tenemos el espacio urbano, y por otro lado está el interior, las pampas, el campo, la naturaleza, el cuál está poblado por gauchos, “cristianos salvajes” apelados así por Walter Scott (citado en Facundo 1999: indios y mestizos, que son considerados inferiores. [...]
[...] De esta manera tenemos la sensación de volver a un sistema de trueques. La pobreza es tanta que la gente no puede comprar, es por lo que en la novela sólo miran escaparates (pág y si no pueden comprar evidentemente no se vende, no hay empleo, y todo se convierte en un círculo vicioso que hace que la sociedad se desplome. Durante una de sus salidas, Barroso le pregunta a alguien si había habido alguna campaña para la introducción del vidrio como sistema de pago, esa persona le responde que ya llevaba muchos años pagando así. [...]
[...] En este cambio, encontramos la dicotomía entre civilización y barbarie. Además comienzan a aparecer carteles que incitan y aprueban la vuelta al campo: el campo. La llanura argentina es imponderable; El aire del campo es sano y nuestro no por saludable sino por nuestro; Quien adora el campo es el único que merece llamarse argentino”(El Aire, pág 166). El gobierno esta incentivando la huida al campo, quizás porque ya que parece que es algo contra lo que no se puede luchar y que como pertenece a la cultura Argentina va a estar ahí, lo aceptan como una forma más de expansión, aunque como bien dice el autor en la novela: que en definitiva era penoso e inevitable”(pág 166). [...]
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