Amantes y enemigos, Rosa Montero, Que hay de cena, esperanza de la reconciliación, marido, ruptura de la comunicación
Como presentación, en la primera línea, la autora utiliza la ironía para describir a su marido: « descuartizador de aguacates ». Es una presentación poco formal y algo inútil.
Después, la protagonista hace un retrato de su marido atribuyéndole cualidades extraordinarias pero consideradas, por la mayoría, como normales y obvias « no me paga », « no se gasta nuestros sueldos en el juego », « no apedrea a los gatos ». No encuentra cualidades realmente positivas de su marido: « bueno » y después añade « egoísmo ».
[...] La situación es irónica: la reacción de la mujer es excesiva pero al mismo tiempo transforma la situación en algo cómico: rompo una uña”. Finalmente, no soporta la situación y se pone a llorar (línea lo que muestra la decepción de la mujer, su impotencia y su desesperanza. II-La esperanza de la reconciliación En el segundo párrafo, el marido continúa con su actitud egoísta y sólo piensa en comer. Su indiferencia es total pero cambia de actitud cuando su mujer comienza a perder los nervios. Para ayudarla y sobre todo para serle agradable decide hacerle la comida. [...]
[...] ) mientras que con el marido se utilizan perífrasis verbales de duración que enfatizan (souligner) la lentitud (lenteur) a la hora de realizar las tareas (“empieza a pelar” l.18, “sigue pelando” l.20 “continúa manipulando” l.24). Por otra parte, cabe destacar (c'est important de souligner) la mala intención del marido que provoca su enfado para evitar participar en la preparación de la cena continúa impertérrito, manipulando morosamente su aguacate. Tan torpe, tan lento y tan inútil Finalmente, se marcha de la cocina y deja a su mujer cocinando frunce el ceño ( Después se va a la sala y se deja caer en el sofá Esta situación desencadena (déclencher) una ruptura de comunicación (“cenamos sin decirnos nada” l.30) y la rutina impera una vez más en la vida de la pareja sé que ahora pondré la mesa como todas las noches y cenaremos sin decirnos nada” l.30). [...]
[...] El texto está sacado de la novela Amantes y enemigos escrita en 1998 por la escritora española Rosa Montero. La autora describe en primera persona cómo es su vida cotidiana en pareja. I-Retrato de una pareja Como presentación, en la primera línea, la autora utiliza la ironía para describir a su marido: descuartizador de aguacates Es una presentación poco formal y algo inútil. Después, la protagonista hace un retrato de su marido atribuyéndole cualidades extraordinarias pero consideradas, por la mayoría, como normales y obvias no me paga no se gasta nuestros sueldos en el juego no apedrea a los gatos No encuentra cualidades realmente positivas de su marido: bueno y después añade egoísmo Las actividades del hombre se limitan a trabajar y tumbarse en el sofá una vez que llega a su casa: tumba en el sofá delante de la tv». [...]
[...] Y ella, satisfecha, le ayuda preparando los utensilios de cocina. La reacción de él es infantil “cara de pillín”. Quiere tranquilizar a su mujer y utiliza todas las artimañas inocente”. Su habilidad parece ser la astucia. Parece que quiere agradarla pero al mismo tiempo procura darse placer a sí mismo ensalada ( ) que tanto le gusta” línea 13). En la descripción del hombre, la autora ridiculiza la reacción del hombre y narra la preparación de la cena como si fuera algo totalmente excepcional, como si no fuera habitual que él prepare la cena ato a la espalda el delantal mientras él mantiene los brazos pomposamente estirados ante sí como si fuera un cirujano”). [...]
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