La violencia viene de la palabra latín “violentia” que significa carácter violente, fuerza, es decir que es una disposición natural a la expresión brutal de los sentimientos. Entonces, el término “violencia” hace referencia no sólo a los hechos y las acciones, sino también al comportamiento. La noción de violencia existe sólo porque existe unas normas que rechazan algunas acciones. Además, desde mucho tiempo, las civilizaciones se confrontaron a este problema. En efecto, el concepto de agresión, de asesinato, de tortura, de guerra, de criminalidad, de terrorismo... no es nuevo. Sin embargo, podemos preguntarnos cómo se hace que en una sociedad moderna donde se defiende la noción de democracia, de igualdad, de respeto y de fraternidad, se puede encontrar cada ano en todos los países, un aumento en este sector. Por eso, podemos destacar las principales causas de este fenómeno, analizar las formas de violencia de hoy que son distintas de las del pasado y poner de relieve también algunas soluciones propuestas para luchar contra esos tipos de “violencia moderna”...
[...] Además, es necesario decir que esa violencia está también presente en los establecimientos. Es más probable que los actos de violencia aparezcan cuando hay un aumento importante de los cuidos, cuando hay una mala organización del trabajo, cuando no hay comunicación entre los miembros del servicio y cuando no hay motivación. Además de la violencia familiar hay algunos tipos de violencia cuyas víctimas no pertenecen a la misma familia: esa violencia se manifiesta y perjudica a la sociedad en general Violencias urbanas en general Hacen referencia a la inseguridad que, alcanzando las estructuras sociales y políticas, provocando la insatisfacción creciente de las poblaciones, constituye uno de los problemas más complicados que hacen frente los gobiernos. [...]
[...] Pero, en algunos países la violencia familiar está normalizada y aceptada por la ausencia de las leyes veces por las leyes), por antiguas creencias y por estereotipos. La mejor solución sería por seguro eliminar el problema desde su fuente, es decir exterminar completamente la violencia y volver a construir un mundo donde ya no existiría el abuso de poder. Pero es una visión un poco utopista y las organizaciones están de acuerdo con otra solución que consiste en desarrollar las campañas de sensibilización del público, los programas de intervención acerca de las víctimas y de los agresores y los programas de prevención en las escuelas para que las actitudes cambien. [...]
[...] Entonces, otras formas de violencia aparecen en la sociedad contemporánea que no existían o que no estuvieron denunciadas. Así vamos a presentar algunas de esas formas de violencia que encontramos todos los días en la actualidad. Primero, aparece una violencia que era callada en el pasado y que poco a poco se la ha denunciado: la violencia en la familia. Es sobre todo consternante ya que se produce en el grupo primario que tendría que representar la seguridad y el apoyo. [...]
[...] Por ejemplo, sobre los jóvenes que han pasado por la Protección Judicial de la Juventud en Francia en 1997, la mitad tenía menos de 16 anos menos de la mitad no iba a un establecimiento de la Educación Nacional y un 30% de esos minores de edad no sabían leer, escribir o contar. Entonces los actores de las violencias urbanas son cada vez más jóvenes. Así, después de los robos con violencia, los menores de edad están presentes también en los crímenes organizados y están también dispuestos a matar como en Paris en el ano 2000 donde un joven de 13 anos ha apuñalado a un de sus compañeros de colegio. [...]
[...] Es un problema muy complejo que no tiene una solución inmediata pudiendo responsabilizar a los individuos. Primero, es necesario darse cuenta que en nuestra sociedad, tenemos muchas actitudes negativas en cuanto a las personas mayores y al envejecimiento. En efecto, nuestra sociedad celebra la juventud, la apariencia física y la actividad, por eso, los mayores no tienen una función importante y las personas que envejecen están a menudo consideradas como inferiores y inútiles. Así, las colectividades deberían volver a discutir la discriminación fundada sobre la edad y las creencias acerca de la violencia como las que dicen que las personas mayores víctimas de violencia o de descuido son responsables de lo que ocurre, que representan muchas cargas y preocupaciones para su familia o que algunas comunidades culturales están protegidas de este fenómeno. [...]
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