Comentario del discurso pronunciado por Fidel Castro en ocasión del juicio celebrado en 1953. Se trata de uno de los discursos más conocidos de Castro antes de su llegada al poder. En él, se describe la dictadura de Fulgencio Batista y se presentan también las medidas que Castro piensa tomar una vez obtenga el poder.
[...] Cuidado de todos modos, porque Castro insistió en el papel que ha de desempeñar el pueblo, pero sólo se trataba llamar al pueblo (línea 380), como para conseguir su apoyo y así lograr legitimidad más bien que para obtener un alzamiento por parte de él. A menudo se insiste en el que no era comunista Castro en el principio, y que se acercó de la URSS por haber sido rechazado por parte de Estados Unidos cuando le pidió una ayuda financiera. Entonces, el discurso nos regala con elementos de sus ideas políticas que anuncian una revolución cubana como la que tuvo lugar en Rusia pero con distinciones mayores. [...]
[...] Eso parece violación obvia de los derechos humanos por parte de la dictadura, incluso en contra de enemigos de la república Son violaciones de las leyes internacionales, pero también, de las leyes cubanas mismas. Y la dictadura también estuvó más adelante. Castro insistió en el hecho de que la dictadura que oprime a la nación no es un poder constitucional, sino inconstitucional (línea 242). Lo que era seguro, fue el que se suprimiera la separación de los poderes constitucionales. Según estimó Castro, no podrá decir [ . ] que el engendro grotesco del 4 de abril puede llamarse Constitución de un Estado (línea 1360). [...]
[...] es éste el clásico problema del huevo y la gallina que nadie ha resuelto todavía? (línea 1367). Entonces, de verdad ya no había separación de los poderes constitucionales como lo pensaba necesario Montesquieu, a quien Castro hace referencia, y quien calificaría tal régimen de despótico, en que uno solo, sin Ley y sin regla, lo hace todo sin más que su voluntad y su capricho (línea 1436). Por supuesto el régimen de Batista era arbitrario, ilegitimo, y muchos han considerado a él como uno de los dictadores clásicos de América latina: un hombre autoritario y conservador quien llega al poder para restablecer el orden después de unos gobiernos corruptos que han puesto el país en el caos. [...]
[...] Entonces es verdad que las libertades fundamentales desaparecieron con aquella dictadura de Batista. La libertad de expresión, por ejemplo, estuvó reducida con el nombramiento de censores militares y civiles. Eso fue después del 26 de julio en 1953, pero incluso la llegada al poder de Fulgencio Batista constituyó una falta de expresión libre, por su golpe de estado en 1952. Por lo tanto se puede hacer una pregunta : ¿fue el asalto que provocó la represión o la violencia preexistía? [...]
[...] En este punto de la historia, claro que le habría absuelto la historia. Sin embargo, si no se puede dudar de que al llegar al poder en 1959, llevó a cabo sus reformas revolucionarias en materia de educación y de salud por ejemplo, lo que le permite hoy en día cambiar médicos contra petroleo con el presidente Venezolano Hugo Chávez, no parece verdaderamente revolucionario quedarse casi cincuenta años al poder como Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias más que Batista sobre todo privando con el mayor cinismo del mundo (línea 1392) a los Cubanos de las libertades fundamentales que pretendía restituirles, incluso condenando a muchos oponentes al exilio en Miami. [...]
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