Curso de Historia redactado en español sobre el reinado de Carlos III y el concepto político de Despotismo ilustrado, caracteristico del absolutismo del siglo XVIII.
[...] III LA ACELERACIÓN DEL PROGRAMA REFORMADOR El motín "de Esquilache" fue un terrible trauma para el monarca y su gobierno. Empero, no les hizo renunciar a su política, sino que, al revés, les incitó a acelerar el proceso reformador, para evitar que se reprodujera semejante conmoción. Así se abrió la segunda etapa del reinado, que iba a durar hasta 1777, y en la que se inició una serie de grandes proyectos. A Los protagonistas En el equipo gubernamental que desarrolló esta política, destacan tres figuras principales : - Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda (1719-1798), grande de España y militar de carrera, quien colaboró estrechamente con dos abogados de modesto origen : - Pedro Rodríguez (1723-1803), ennoblecido por el rey con el título de conde de Campomanes, brillante economista y el mayor artífice de las medidas de fomento económico - José Moñino (1728-1808), a quien Carlos III hizo conde de Floridablanca. [...]
[...] No hay que ver ningún propósito antirreligioso en esta decisión. Fue una medida regalista, de carácter político. Los jesuitas eran sospechosos a ojos del gobierno carolino porque profesaban un voto especial de obediencia ciega al Sumo Pontífice no sólo le reconocían como el jefe espiritual de la Iglesia, sino también como el jefe temporal/teocrático de la cristiandad : doctrina que se llama el ultramontanismo. O sea que la Corona consideraba a la orden de San Ignacio como contraria a la soberanía y a la autoridad regias. [...]
[...] Eran intelectualmte modernos e impartían una enseñanza de calidad. Por lo mismo, su expulsión dejó un enorme vacío, ya que constituían una parte importante del profesorado, tanto en la enseñanza segundaria como en la Universidad. Problema de la reforma de la enseñanza La educación era, de hecho, un tema clave en el ideario de los ilustrados, pues cifraban en ella sus esperanzas de remediar todos los pblemas económicos y sociales. A sus ojos, los males que aquejaban a España tenían su origen en la descuidada educación de la nobleza y en la ignorancia supina del pueblo En lo tocante a la nobleza, los ilustrados lamentaban que la superficialidad de la instrucción impartida a los nobles les convirtiera en individuos ociosos y derrochadores, incapaces de dar el buen ejemplo al pueblo e inaptos para llevar las riendas del Estado. [...]
[...] Así se paliaban los riesgos de asonada. Una reforma radical hubiera consistido en acabar con la privatización de los cargos municipales, lo que sólo podía hacerse por la vía revolucionaria o indemnizando a los munícipes. Medidas que, en la España carlotercista, no eran 9 imaginables. De ahí que los gobernantes idearan un cargo nuevo : el del diputado y personero del Común, creado para defender los intereses colectivos. "Del Común" significaba que era el representante del pueblo, del estado llano. [...]
[...] Incluso, a veces, eran campesinos viejos que ya no tenían las fuerzas necesarias para labrar el campo y que ganaban así unos pocos cuartos. De ahí, la abrumadora tasa de analfabetismo : a principios del s XIX, el 80% de la población era incapaz de leer. Un dato que, por cierto, conviene matizar según las regiones. El sur era menos alfabetizado, en parte a causa del hábitat disperso, lo que acarreaba mayores dificultades para que los niños acudieran a las pocas escuelas existentes. También existían notorios desequilibrios entre ciudad y campo : en el campo burgalés, el número de analfabetos alcanzaba el 95%. [...]
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