[...] Así estos tres conceptos que en un primer momento pueden aparecer opuestos, la tecnología y ciencia representando el saber racional, las dos oponiéndose a la imaginación más irracional, se encuentran totalmente vinculados en Cien años de soledad. Forman incluso una especie de cadena, de proceso de creación. Para inventar hay que pensar, imaginar, concebir previamente. La habilidad y el conocimiento, la ciencia entonces, permite transcribir plásticamente o materialmente incluso mecánicamente la imaginación.
Pero Cien Años de Soledad va mas allá planteando un proceso doble que analizaremos. Veremos entonces en qué medida la imaginación nace de una invención científica y se acompaña luego de una realización manual o técnica que llevado a los extremos puede tener consecuencias terribles.
Primero, analizaremos la perfecta interacción que existe entre imaginación y creación científica subrayando que en Cien años de soledad la ciencia provoca la imaginación y la realización manual y tecnológica. Luego veremos que imaginación y ciencia implican una herencia oral y escrita o sea una transmisión. Por fin, explicaremos los límites de la imaginación, la ciencia y la tecnología, el castigo para acceder al conocimiento.
[...] El desarrollo económico de Macondo, nos permite relacionar esta fase inicial con el concepto de progreso y entonces de tecnología. Si la primera parte de Cien años de soledad se caracteriza ante todo por un saber manual, el paso al siglo XX conlleva la llegada de tecnologías nuevas. Tras los gitanos, nuevos gitanos y los árabes que ya había « unos progresos de la civilización » dice el narrador como las campanitas y collares de vidrio, el siglo XX se abre con inventos más bien tecnológicos, mecánicos que transforman la vida y el medio ambiente, Macondo. Llega el tren amarillo gracias a Aureliano Triste, el cine, el gramófono, el teléfono instalado en la estación de ferrocarril, etc.
[...] Los inventos de los gitanos empujan a José Arcadio Buendía a escribir, a « concebir según el narrador un manual de una asombrosa claridad didáctica. » La relación entre la ciencia y la escritura es así evidente. Melquiades también abandona la daguerrotipia para « profundizar dice el narrador en las interpretaciones de Nostradamus ». Cobra así la imagen de un profeta. Como Prometeo, ensena a los hombres la metalurgia y demás artes. Entonces, la ciencia no es solo imaginación sino que conlleva también el acto de escribir para descifrar los enigmas de la ciencia y de la vida. El acto de crear implica en efecto una reflexión sobre su propia vida y misterios y sobre su propio ser, su propia identidad o sobre la vida de los demás (...)
[...] La llegada de la tecnología con el tren en el capitulo XI ya provoco transformaciones muy negativas y peligrosas: el inocente tren amarillo que tantas calamidades y nostalgias había de llegar a Macondo A partir de este momento, llegan Mr. Herbert y los números tipógrafos, arquitectos, constructores que comunican con una jerga científica desconocida de los Macondinos, señal de evolución, crecimiento y también señal negativo de futura dominación. De hecho, en esta parte la lluvia símbolo funeste se acentúa con el Diluvio, las hormigas que destruyen todo el pueblo. [...]
[...] La ciencia cobra tanta importancia en su vida que decide emprender un viaje, cito para abrir una trocha que pusiera a Macondo en contacto con los nuevos inventos C. Del saber manual al saber tecnológico El desarrollo económico de Macondo, nos permite relacionar esta fase inicial con el concepto de progreso y entonces de tecnología. Si la primera parte de Cien Años de Soledad se caracteriza ante todo por un saber manual, el paso al siglo XX conlleva la llegada de tecnologías nuevas. [...]
[...] Es justamente esta ciencia de los gitanos la que va a desarrollar la imaginación y la realización manual de otra persona, segunda parte entonces de este proceso de creación. B. La proliferación de inventos científicos La proliferación de inventos científicos implica la multiplicación de las imágenes, las cuales se traducen por otras invenciones, otro proyecto científico. El personaje que quizás encarna mas este fenómeno es José Arcadio Buendía, justamente el fundador. Se caracteriza por su fiebre imaginativa y creadora. A partir de los inventos de los gitanos, decide pasarse todo el tiempo imaginando y concibiendo objetos. [...]
[...] Veremos entonces que tanto la imaginación como la conciencia y la técnica acarrean ora la soledad, el enceramiento o la negación de los seres, ora un grado más, la locura, ora la destrucción y la desaparición. A. La soledad Alcanzar el conocimiento y alimentarlo se considera como una verdadera prohibición como lo simboliza el árbol del conocimiento en la Biblia. Uno de los primeros castigos que experimentan los Buendía es la soledad, el encerramiento o la negación del hombre. La repetición se concibe como una verdadera llave de lectura pero también de construcción de la obra misma. [...]
[...] Entonces, la ciencia no es solo imaginación sino que conlleva también el acto de escribir para descifrar los enigmas de la ciencia y de la vida. El acto de crear implica en efecto una reflexión sobre su propia vida y misterios y sobre su propio ser, su propia identidad o sobre la vida de los demás. Así, es quizás todo este proceso científico casi ya tecnológico o por lo menos técnico dentro del que aparece totalmente integrado la imaginación el que empuja Melquiades a tomar la pluma y a empezar a deja una huella de la estirpe Buendía con la que coexiste. [...]
Source aux normes APA
Pour votre bibliographieLecture en ligne
avec notre liseuse dédiée !Contenu vérifié
par notre comité de lecture