[...] En el acto que nos interesa, la amada y su criada personal, Lucrecia, cantan mientras esperan a Calisto para que los enamorados puedan gozar de lo que será su última relación. Ambos protagonistas adoptan la misma actitud que durante el primer encuentro carnal: Melibea finge defender su honor contra los deseos impacientes de Calisto y éste juega en un primer tiempo al amante cortés mientras no desea más que obtener el galardón.
Así, veremos en qué medida Rojas logra subvertir el ambiente del amor romántico y cortés introduciendo elementos cómicos y aun mas grotescos que en la primera relación del acto 14.
Por eso, siguiendo un análisis lineal, veremos primero que el encuentro entre los dos amantes se nutre de los tópicos del amor. En una segunda parte analizaremos la subversión del tono sentimental y del concepto del amor cortes con la intromisión de elementos cómicos de tipo sexual. Y por fin, mostraremos que otra vez se obtiene el galardón.
[...] La intervención de Lucrecia y la actitud descortés de Calisto delatada por las quejas de Melibea subvierten la seriedad requerida por el tema.
Marcel Bataillon explica que las intervenciones groseras de Lucrecia « empêchent tout envol érotique et ramène le bonheur au niveau celestinesque ». En esta escena, la criada se aprovecha de deber quitarle a Calisto la armadura para abrazarle « con fogosidad » dice Russell. Los distintos encuentros y los anteriores cantos amorosos atizaron la pasión de Lucrecia como lo revelan las prohibiciones de Melibea. Los imperativos son numerosos « déxamele », « no me le despedaces », « no le trabajes », « déxame gozarlo », « no me ocupes ». Melibea afirma su posesión, su vedado: « lo que es mío », « mi placer ». Recuerda la conversación que tuvo con su criada en el acto 16. Rechazaba el matrimonio pero a éste le sustituía otra relación de cautiverio. Declaraba ser su esclava y en este acto declara que es: « mi señor de mi alma ».
[...] Calisto no cambia de actitud entre la primera y la última relación carnal como lo delata la referencia de Melibea a « estas manas ». Pero si en la primera, ésta podía perder su virginidad y por lo tanto su honor, para que se enfada ahora que lo ha perdido? Frente a estos ataques aun violentos « no me destroces ni maltrates como sueles », la amada pide tranquilidad « manos que estén quedas, estar sossegadas, tu vista sossegada »... Y quiere compartir otros placeres « Holguemos y burlemos de otros mill modos que yo te mostraré ». (...)
[...] Por fin Calisto intentara defender su honor pero fallara irónica y estrepitosamente. De noche donde tu ordenares, sea tu venida por este secreto lugar, a la mesma ora, por que siempre te espere apercebida del gozo con que quedo, esperando las venideras noches declara Melibea en el acto 14, justo después de su primera relación sexual con Calisto. La tercera escena del acto 19 presenta lo que a primera vista constituye el segundo encuentro carnal entre los dos principales protagonistas de La Celestina. [...]
[...] A primera vista, el discurso de Calisto encierra los tópicos y la retorica del amor cortés. Pero, muy rápidamente la verdadera personalidad vuelve a surgir y el tono sentimental que domina la primera parte de la escena se desconstruye con la intervención de elementos cómicos y chistes groseros. II. la subversión del tono sentimental y del concepto del amor cortés con la introducción de elementos cómicos y de chistes groseros La intervención de Lucrecia y la actitud descortés de Calisto delatada por las quejas de Melibea subvierten la seriedad requerida por el tema. [...]
[...] Nada que ver con el laúd de la escena 3 del primer acto que le permitió expresar su dolor tras el rechazo inicial. El estilo respecta también las convenciones y preceptos retóricos del amante cortés. Este recurre a las exclamaciones, las interrogaciones, las construcciones paralelas con la anáfora O salteada melodía! O gozoso rato! O corazón mío! Que crean un gran dinamismo, reflejo de sus pasiones y tormentos internos. El mismo estilo retorico aparece en la respuesta de Melibea. Otra vez abundan las exclamaciones y las preguntas retoricas que delatan su alivio por haberle esperado tanto: Es mi señor de mi alma? [...]
[...] Si este mes representa una elipsis dentro de la obra, Rojas siembra sin embargo, unos elementos que nos permiten entender esta extensión. En el acto 16, Melibea revela: No parece sino que les dize el corazón el gran amor que a Calisto tengo y todo lo que con él, un mes ha, he passado En el acto que nos interesa, la amada y su criada personal, Lucrecia, cantan mientras esperan a Calisto para que los enamorados puedan gozar de lo que será su última relación. [...]
[...] La subversión del tono sentimental y del concepto del amor cortés con la introducción de elementos cómicos y de chistes groseros A. Las intervenciones groseras de Lucrecia B. La reacción de Melibea C. La comicidad que nace del desface entre el perfecto amante cortés y Calisto III. El cumplimiento sexual A. Lucrecia : la conciencia positiva B. [...]
Source aux normes APA
Pour votre bibliographieLecture en ligne
avec notre liseuse dédiée !Contenu vérifié
par notre comité de lecture