[...] Este articulo de prensa se titula Voltereta y fue publicado en el periódico El Pais Semanal en mil novecientos noventa y uno.
A lo largo de este texto, la contemplación de un niño mendigo en México desemboca en un sentimiento de gran tristeza por parte del autor. De hecho, con esta experiencia va a reflexionar sobre la existencia de la mísera infantil, una verdadera plaga mundial.
[...] Pasamos después a una presentación del joven acróbata, con el hecho de que el autor da sus características principales: es muy joven (?tendría seis o siete anos?) y es sin duda un mestizo (?muy morenito, jugosamente indiado?). En México, la población de origen indígena es muy importante, y, en general, es la más desfavorecida del país, lo que puede explicar que el muchacho sea obligado de hacer el mendigo para sobrevivir. El chaval actúa con ?naturalidad? y ?destreza? porque la voltereta ha de ser rápida para que el niño recoja algunas monedas antes de de que el semáforo cambie de color. Se puede decir que el niño suele hacer esta pirueta para divertir a los conductores.
[...] Para el, pedir dinero, es como un juego ?demasiado inconsciente?: el chico no se da realmente cuenta de la situación que le afecta. El niño no sabe fingir ?llevando nubes de rentable pena en la mirada? para ?urgir compasión?. Podemos pensar que es un chaval orgulloso, majo ?demasiado valiente? que no quiere inspirar ni lástima ni tristeza. Por lo tanto, su alegría contrasta con la visión más acostumbrada de los mendigos que te miran como un "perro apaleado que urge compasión". (...)
[...] Pero a mi, que estoy hecho un poco al revés, es el espectáculo precario y animoso de la alegría lo que me urge a la solidaridad, mas aun que los sufrimientos y las quejas A partir de esa voltereta se me vinieron a la imaginación, que es memoria en marcha, los gamines de Colombia y los chavales torturados por milicias brutales en Guatemala, los famélicos y descuartizadamente hermosos niños africanos, los pequeños parias orientales sin esperanza, y desde luego, los niños de los suburbios y rastrojos de mi país, los que ríen en el agobio y el abandono siempre cerca de nuestras casas. Fernando Savater, El país semanal Introducción Antes de todo, voy a leer el texto. El documento que me toca estudiar ha sido escrito por Fernando Savater, un famoso escritor y filosofo español. Es un autor interesante porque se implicó en organizaciones a favor de la paz y contra el terrorismo en el país vasco, como el Movimiento por la Paz y la No Violencia lo que le valió amenazas de muerto por parte del ETA. [...]
[...] Las razones de la miseria infantil son numerosos y diversas: la consecuencia directa de la pobra de esos países, un subdesarrollo integral de algunos países del continente africano o latino-americano es decir la falta de recursos, el analfabetismo por fin, las luchas intestinas y los regimenes autoritarios. Pero lo dramático es que al fin y al cabo muchas naciones ricas quedan indiferentes a los problemas de los países más pobres del Tercer Mundo. Por fin, me gustaría añadir que Fernando Savater ha recibió en el ano dos mil, para su compromiso, el Premio Sakharov de los derechos de hombre y de la libertad de expresión. [...]
[...] En este texto se puede destacar tres movimientos. En el primero, que va de la línea uno a la línea catorce, el autor nos cuenta el punto de partida de su reflexión: una voltereta que hizo un muchacho en un calle de Guadalajara. Después, en la segunda parte, que va de la línea quince a la línea treinta y tres, Fernando Savater va a hacer la descripción del joven mendigo. Por fin, el tercer movimiento, que va de la línea treinta y cuatro hasta el final del texto, evoca el tema tan delicado de la situación de los niños pobres a través el mundo. [...]
[...] Se puede decir que el niño suele hacer esta pirueta para divertir a los conductores. Por fin, podemos subrayar que aunque esta voltereta es fácil y “visto y no visto”, el esfuerzo del joven parece merecer un premio, como si fuera un pequeño trabajo. Ahora, la acción es presentada, en la segunda parte, el autor va a insistir mucho más en la descripción del muchacho. La descripción Primero, el autor insiste sobre la mirada del joven mendigo, lo que es muy importante porque en general, se dice que la mirada refleja el alma del ser humano. [...]
[...] Después de haber descrito a niño, Fernando Savater va a hablarnos de las diferentes formas de pobreza infantil que ha encontró. La miseria infantil En esta tercera parte, el periodista español medita a propósito de la miseria infantil. Cuando dice obvio que no faltan imágenes”, alude a los numerosos ejemplos que los medios vehiculan sobre niños famélicos, desnutridos, o enfermos en la situación difícil del Tercer Mundo. La sensibilidad del autor y su condena de tal situación injusta se traslucen en palabras como “dolientes”, “llaga atroz”, miseria infantil” El autor ha presenciado una escena original y divertida pues podría sonreír en vez de sentirse culpable. [...]
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