[...] En cualquier poema, lo primero que se nos presenta suele ser un título. Puede ser una frase más o menos inspirada, un nombre, a partir de los que el lector condicionará su espera. Por lo general, espera oír la voz del poeta-autor pintarle su mundo interior por medio de un soliloquio lleno de imágenes, en forma de canto muy distinto al discurso común. Es más: la poesía suele tratar el problema del ser, no del tener. Aquí se nos presenta un verbo en primera persona, y el que habla dice ?poseo?.
[...] La primera estrofa trata de una transfiguración. Juan es un nombre de entre los más corrientes. Si ?Juan? hablara así a secas, a lo mejor ¿a quién le importaba? Por lo menos, para darle cierta espesura, individualizarlo, nos haría falta un apellido, para situarlo, hacerlo real. En eso estalla el genio de Guillén. No le basta con inventarle cualquier apellido, sino que en el momento mismo en que lo crea bautizándolo, hace de Juan un mito, un personaje prototípico, habitado por millones y millones de seres reales que han vivido y han sufrido, millones que todos se llaman ?Juan sin Nada?. Es inútil insistir en la feroz realidad que diseña tal efigie de la pobreza, pero sí en el inmenso potencial emocional que abarca. Ésa es la meta de Guillén.
[...] Donde se espera alguna lista de bienes de más o menos valor, Guillén pone de relieve el sentimiento de puro gozo que Juán experimenta al ser ?dueño? de su país. Ésta es la palabra clave, la que dice cualquiera cuando llega a algún sitio desconocido, casa o campo, y pregunta antes que todo ?¿Quién es el dueño?? En unas palabras ligeras, y sin insistir, plantea Guillén el problema recurrente de la propiedad: "¿Por qué tendrían unos que ser dueños, por qué no todos?". A un filósofo o un político le vendría bien citar al viejo Proudhon: ?La propiedad es un robo?. A Guillén no le hace falta más que afirmar que uno puede pasearse por su país considerando que ?cuanto hay en él? es suyo, o sea de todos, con insistencia rítmica: ?Tengo / tengo / dueño?, ?ver / tener?, y con efecto de eco: el que antes se veía y tocaba cuidadosamente, casi soñando, ahora en la segunda estrofa mira cuidadosamente, mira ?bien? lo que le rodea, por lo visto con la misma impresión de irrealidad (...)
[...] También se encuentran rimas y asonancias. Se podría ahondar el tema, pero a fin de no abusar digamos que si poesía libre es en efecto, se ha de rebuscar de qué manera se las arregla Guillén para conservar la musicalidad. Aquí parece que los hexasílabos y cuatrisílabos más cortos, asumen lo mejor del papel rítmico, mientras que los versos se dedican prioritariamente al discurso ideológico. Los versos c-d-e se alargan conforme se va alargando el espacio consagrado a la demostración de los avances de la revolución, y eso se refleja en la progresión del poema, ya que cabe notar de antemano que, al contrario de las cuatro primeras estrofas, en las siguientes toma más sitio el discurso explicativo que va desarrollándose, y se reduce globalmente el espacio específico de la rítmica. [...]
[...] A un filósofo o un político le vendría bien citar al viejo Proudhon: propiedad es un robo”. A Guillén no le hace falta más que afirmar que uno puede pasearse por su país considerando que “cuanto hay en es suyo, o sea de todos, con insistencia rítmica: “Tengo / tengo / dueño”, / tener”, y con efecto de eco: el que antes se veía y tocaba cuidadosamente, casi soñando, ahora en la segunda estrofa mira cuidadosamente, mira lo que le rodea, por lo visto con la misma impresión de irrealidad. [...]
[...] Es muy posible que Guillén aluda al enemigo tan cercano (en el 64 el intento de invasión de Playa Girón abril del 61 y la crisis de los misiles con el bloqueo octubre del 62 no estaban lejos), pero las tensiones entre negros y blancos, en la misma Cuba, bien hubieran justificado su descripción de lo que debería aparecer como un pasado remoto, y que desafortunadamente, si bien ha mejorado, aún no ha desaparecido. Es de notar la relación entre las estrofas y 5. Si les damos por tema y título Libertad / Igualdad / Fraternidad, aquí tenemos la divisa de la Revolución francesa. No será esto para sorprender conociendo el lienzo estrecho que existe entre ideología comunista e ideología jacobina. [...]
[...] El verso siguiente claramente efectúa ruptura sintáctica. En efecto, no tendría sentido escribir “puedo decir zafra y un ancho resplandor de Esta quiebra sintáctica voluntaria es parte de las herramientas del poeta en general y de Guillén en particular. Funciona aquí para comunicar la impresión de que se abren de repente las puertas del paraíso (“resplandor / rayo / estrella / sin recurrir a cualquier demostración o justificación precisa. Explicaciones seguirán siendo desarrolladas por nuestro Juan a continuación, pero la preferencia de Guillén va hacia el efecto inmediato en el subconsciente, sin intermedios discursivos. [...]
[...] Refiriéndonos a la figura de retórica que llamamos personificación, bautizaremos este procedimiento poético "socialización" o sea que el “Poeta Nacional” de cuba, en su afán de comunismo, a fuerza de talento parece que socializa hasta la retórica. VIII. Octava estrofa: Educación De nuevo tenemos que apuntar algo acerca de la construcción. Aunque el verso sea libre, la estrofa no es asonantada sino que es rimada por completo: ver / leer / contar / escribir / pensar / reír, en forma b-c. [...]
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