[...] El extracto empieza entonces tras la muerte sugerida de la Mujer pura con el careo de un Hombre perdido, desanimado, ya no libre que encontrara cierto alivio a la Tentación y de esta mujer toda poderosa que al contrario parece feliz.
Sera entonces interesante destacar en qué medida la representación estética privilegiada y defendida por Alberti en su experimentación de teatro global vanguardista logra por una parte representar los sentimientos y los estados de ambos personajes fundamentales en el auto y por consiguiente el pasaje de la felicidad y bonanza al disturbio a desdicha. En unas palabras seria la representación estética de una problemática filosófica y metafísica.
[...] En esta oscuridad absoluta, la Tentación vuelve a aparecer. Alberti cuida la « reaparición visual » de este personaje demoniaco totalmente opuesto a la mujer inocente, pura y cariñosa. Primero, solo se oye su voz. Clama tres veces la misma palabra « amor, amor, amor ». Luego, se divisa en la oscuridad « tienen voces las sombras? Quien vive quien habla en esta cueva? » Pregunta el hombre. Y por fin aparece tras haber establecido un contacto físico con el caballero. Como en una película, mientras estábamos en la oscuridad, de repente la luz roja de las cinco linternas de los sentidos se enfocan en esta mujer perfecta, mefistofélica.
[...] El estado del Hombre contrasta con el de la Tentación. A la tristeza de aquel se opone la alegría de ésta. « Deja esas lagrimas inútiles que te impiden mirar mi hermosura, mi cuerpo lleno de alegría. » Sigue atrayéndole con más vigor « Míralo, míralo ahora levantarse ante ti, en medio de la noche ». En plena oscuridad, el cuerpo de la Tentación parece erguirse en pleno aire como una aparición divina. E incluso va mas allá de las sencillas promesas orales puesto que se ofrece enteramente al él « Es tuyo todo él ». Sin embargo, el Hombre no logra olvidar su crimen. Este le persigue no solo en la mente sino también en el espacio, en la representación espacial, en el estanque. « El reflejo de ella, vivo siempre en este agua ». En efecto, el estanque era el lugar privilegiado de la mujer, el sitio de la felicidad y de la tranquilidad de esta pareja que contemplaba en su agua clara sus futuros viajes posibles. (...)
[...] Y la ultima estratagema: sus cabellos, parte intima y quizás la más sensual de su cuerpo. A mi parecer, sus cabellos son rubios, muy largos, magníficos y un poco rizados como los de una sirena. El Hombre ya no puede luchar, es demasiado débil, carece de libre albedrio para valorar el peligro de la situación y la besa. Es justamente de esta inutilidad de una libertad falsa por la presencia inevitable de la muerte y del mal que nace lo trágico. [...]
[...] Frente a la atracción de la Tentación, el Hombre intenta resistir y escaparse hacia el plano central de la escena, hacia el mar. Entonces al nivel escenográfico, la vana resistencia de este hombre perdido, sin memoria, se plasma en una voluntad de cambio espacial que al final no logra realizar pero que ya anuncia la caída final en el plano izquierdo. II. La progresiva toma de conciencia y su acceso a la memoria Por otra parte, la palabra sangre pronunciada por la Tentación activa el proceso de rememoración, de toma de conciencia por parte del Hombre. [...]
[...] El granero remite al mundo subterráneo, frio y oscuro de la bodegas y sótanos que ya aparece en Sermones y moradas y que se asimila a la lobreguez a la que volverá el Hombre tras su pecado mediante la alcantarilla. También hace referencia a la mitología: a este tonel de los Danaides que las hijas de Danaos estaban condenadas a llenar sin parar. Entonces, este último espacio del auto encierra dimensiones tanto mitológicas como pictóricas y no es necesario recordar la afición de Alberti por la pintura. Es en este espacio oscuro final en que la luz se va a apagar definitivamente: el hombre muere por lo cual sale del espacio terrenal. [...]
[...] Me abandono a ti. La unión parece sellada, oficial a través del discurso corto y paralélico de la Tentación y del Hombre. Constituyen un pequeño poema formado de dos hexasílabos y tres tetrasílabos: A mi solo a mi La oposición inicial entre los dos personajes, la ambivalencia que hemos destacado en los dos movimientos precedentes ya no existe. Están en comunión, en una fusión expresada, delatada por los cinco sentidos. Los dos adjetivos que remiten a la alegría Feliz repetido dos veces por la vista y el gusto, dichoso (el oído) y las dos exclamaciones Oh! [...]
[...] El propio Alberti se refería a sus personajes como mis somnambulicos seres Y justamente el sueno rompe el principio de identidad. Entonces la atmosfera de pesadilla contribuye a crear una irrealidad metafísica. El subconsciente traduce un estado físico deteriorado, destrozado cuya representación plástica se expresa a través de dos metáforas que abarcan de una manera más o menos explícita los cuatro elementos del cosmos. Primero, su cuerpo se está partiendo por la mitad como la tierra durante un terremoto la tierra y mis espaldas se agrietan, se parten sacudidos de temblores. [...]
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