Le escena es la segunda fase de un diálogo entre don Juan y Aminta que coincide con el preciso momento en que éste consigue obtener la ansiada respuesta, el sí con el que la mujer se entrega al seductor.
El burlador da un paso más hacia la transgresión ya que seduce a la joven con el beneplácito de su recién desposado marido así como con el permiso de su propio padre. Cf. v. 2034-2035 ?La burla más escogida/ de todas ha de ser ésta?.
La seducción que entabla ahora es la más acostumbrada para él ya que se trata de persuadir a la mujer de su voluntad: en las réplicas anteriores, Aminta se mostró arisca y quiso defenderse pero don Juan logró reducir sus temores con una serie de afirmaciones rápidas, sacadas todas del discurso tradicional de amor cortés.
[...] El segundo momento de la réplica es el encuentro amoroso, que, como lo quiere la tradición surgió en el momento menos esperado: cf. alegoría del amor ?Amor guía?. El amor a primera vista coincide con los tópicos del amor neoplatónico como lo confirman los tres verbos que siguen y que restituyen los momentos sucesivos del proceso: ver, adorar y abrasar, con un ritmo rápido evocador del flechazo. Lo que notamos es que la retórica tradicional del amor cortés no hubiera llegado hasta ?abrasar? ya que este último verbo trata de la expresión de un deseo físico que no entra en los cánones del género. En esto, asoma en don Juan el pecador que se deja llevar por la pasión carnal. (...)
[...] La enumeración exagerada de oro, plata, alabastrina, amatista y perla asociada a las partes más tradicionalmente celebradas por la literatura erótica: pies, garganta, dedos, orejas anuncia de manera implícita la relación nueva que se establece a partir de este momento. La victoria se hace patente con las respuestas sencillas pero clara de Aminta : “Tuya soy”. El valor dramático de esta escena está recalcado por el aparte final que es una exclamación de contento y de vanagloria con la que el espectador se compadece de la pobre víctima al mismo tiempo, instala a don Juan en su papel de culpable, empedernido y arrogante pecador. [...]
[...] El resultado inmediato es la duda sé qué diga sembrada en al mente de la mujer. Adivina que algo grave puede ocurrir y no se fía del discurso (desprecio con el habla de “retóricas mentiras”) pero se equivoca de blanco. Se refugia en lo que cree firme: el matrimonio ya celebrado con Batricio. Este argumento resulta vano como lo demuestra don Juan a continuación y lo debe reconocer. Con la exclamación, el autor deja entrever la flaqueza de la resistencia inicial que poco a poco se va debilitando: querría que me dejases burlada” sugiere ya la entrega final y anuncia de manera programática lo que le va a ocurrir. [...]
[...] Su astucia estribó en abusar de la ingenuidad y del afán de medro de los labradores. Se presenta en esta escena como un “anticaballero” lo cual confirma su comportamiento anterior. Termina con un recuerdo del único título que parece ostentar con gloria, el de “burlador de Sevilla” otorgado de modo burlesco por su criado. Esto nos permite decir que estas escenas concentran la crítica ideológica que lleva a cabo Tirso de Molina en la obra, apuntando a la nobleza del siglo XVII como blanco de su sátira. [...]
[...] Español Comentario El Burlador de Sevilla Jornada III, v. 2105- 2185 Introducción: Le escena es la segunda fase de un diálogo entre don Juan y Aminta que coincide con el preciso momento en que éste consigue obtener la ansiada respuesta, el sí con el que la mujer se entrega al seductor. El burlador da un paso más hacia la transgresión ya que seduce a la joven con el beneplácito de su recién desposado marido así como con el permiso de su propio padre. [...]
[...] Pone de manifiesto el carácter insolente e irreverente de don Juan que se burla de la autoridad pero que también se ampara detrás de ella cuando le conviene. La autoridad paterna está asociada a la de la justicia, sus labios/penden las muertes y las vidas”, lo cual encierra una amenaza velada para con Aminta y los de su familia. Conviene ponerlo en el mismo sistema de simetría que lo que fue expresado durante la entrevista con Batricio. El segundo momento de la réplica es el encuentro amoroso, que, como lo quiere la tradición surgió en el momento menos esperado: cf. [...]
Source aux normes APA
Pour votre bibliographieLecture en ligne
avec notre liseuse dédiée !Contenu vérifié
par notre comité de lecture