histoire de l'art, Mediación pedagógica, historia del arte, sensibilidad artística, educación artística progresiva, movimiento estilístico, salida cultural
Una de mis amigas, profesora de primaria en Picardía, desea desarrollar la sensibilidad artística de sus alumnos porque, al haberse graduado ella misma en la École du Louvre, concede gran importancia a la educación de la vista. Por ello, ha desarrollado un proyecto de educación artística progresiva, que le permite acercarse a los diferentes campos del arte y la cultura.
[...] Puede tratarse de un concierto, una obra de teatro o un espectáculo de danza, una visita a un monumento de su ciudad, una exposición temporal relacionada con una de las obras estudiadas, etc. El objetivo es sumergir a los niños por completo, antes de ofrecerles un taller práctico relacionado con la salida anterior. Durante este taller, los alumnos tienen la oportunidad de ejercitar su creatividad en una técnica concreta, para dominar sus códigos y dar más sentido a sus conocimientos haciéndolos suyos (también retenemos mucho más tiempo las cosas vividas que las escuchadas). El enfoque del proyecto también estimula la motivación de los alumnos al hacerlos copartícipes del proyecto. [...]
[...] A partir de sus observaciones, intenta ayudarles a descubrir el significado de la escena y luego la recontextualiza, por un lado, en la mitología presentada por otro, en el movimiento estilístico o histórico al que está vinculada la obra. Aunque la práctica no desempeña un papel directo en esta propuesta de mediación educativa, ofrece un verdadero aprendizaje de la iconografía como lenguaje. Ejerce su ojo y su capacidad de análisis, al tiempo que libera su juicio y el discurso del alumno. [...]
[...] Ejerce la mirada de los alumnos, al tiempo que libera su juicio y su discurso, iluminándolos con conocimientos diversificados y afinando su sensibilidad. El punto culminante es la aplicación de una determinada técnica y luego su restitución para valorizar el trabajo de los alumnos para todos, difundirlo y provocar el deseo de poner en marcha proyectos entre otros alumnos o profesores. Es una oportunidad única para unir a todos los actores educativos en torno a un proyecto artístico. [...]
[...] Se trata, por ejemplo, de la representación de una breve obra de teatro, de una exposición de los cuadros realizados, etc. Este logro concreto permite observar el progreso del alumno, medir la inversión del grupo a continuación, comunicar en el espacio educativo dejando que se beneficien de él personas ajenas al proyecto. Por lo general, se invita a los padres de los alumnos, así como a los de las demás clases del centro, a participar en el resultado del proyecto a veces, incluso a intervenir en algunas de sus fases (encontrar el nombre de la obra, por ejemplo, es todo un reto para la mayoría de los niños, sus hermanos y también sus padres, que están encantados de seguir el juego). [...]
[...] Establecer una tradición con la clase En primer lugar, ha establecido una tradición con su clase: cada lunes por la mañana, les ofrece un cuadro de su elección. Los alumnos tienen 15 minutos para mirarlo, describirlo y anotar todas sus observaciones en sus cuadernos. No les da la foto en persona, sólo la pueden ver en clase. A continuación, tienen la tarea, a lo largo de la semana, de encontrar la imagen a partir de sus anotaciones y su memoria visual. Luego, tienen que descubrir su historia. [...]
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