El 14 de enero 1875, Alfonso XII entra en Madrid, por las calles llenas de un pueblo entusiasta, después de 7 años de ausencia del suelo español. En efecto, después del pronunciamiento del general Prim en Cádiz, el 18 de septiembre de 1868, la familia real había debido huir de Madrid y de España. Después de una serie de resistencias, la reina Isabel II decide finalmente abdicar del trono a favor de su hijo Alfonso. Entonces, empieza a formarse en España un partido alfonsista, dirigido por Canovas del Castillo, el cual cada vez gana mas partidarios. Finalmente, el 29 de diciembre de 1874, el pronunciamiento del general Martínez-Campos en Sagunto a favor de Alfonso XII marca la Restauración de la dinastía de los Borbones.
[...] Vamos a ver que Don Alfonso se presenta a sí mismo como un rey legitimo, con voluntad pacificadora frente a una guerra estéril, que quiere restablecer la riqueza y la grandeza de España. Don Alfonso hace gran énfasis en su legitimidad: podemos encontrar dos veces la palabra “legitimo” en este texto. Para demostrarlo utiliza tres argumentos principales: es un rey español, un rey constitucional y un rey católico. Don Alfonso es el hijo de Isabel II y por ende es el heredero legítimo de la Corona española porque desciende directamente de los primeros reyes Borbones de España. Nació en Madrid y se crió en España hasta la Revolución de 1868. [...]
[...] Con esta alocución, el rey intenta convencer a los vascos y a los navarros que abandonen la causa carlista, con lo cual llegaría el fin de la guerra. Para lograrlo, él muestra, en primer lugar que es una “guerra inútil”, después ofrece a sus súbditos las libertades tradicionales que siempre han tenido, y finalmente los hace responsables de la eventual guerra. Hemos expuesto anteriormente cuales son los argumentos que demuestran la legitimidad del Rey. Al llevar el razonamiento un poco mas lejos, Alfonso desea demostrar que esta guerra no tiene sentido. [...]
[...] Alocución del Rey Alfonso XII a los vascos y navarros El 14 de enero 1875, Alfonso XII entra en Madrid, por las calles llenas de un pueblo entusiasta, después de 7 años de ausencia del suelo español. En efecto, después del pronunciamiento del general Prim en Cádiz, el 18 de septiembre de 1868, la familia real había debido huir de Madrid y de España. Después de una serie de resistencias, la reina Isabel II decide finalmente abdicar del trono a favor de su hijo Alfonso. [...]
[...] En este periodo, la familia real tuvo muchas dificultades, sobre todo económicas ya que no dispone de ningún ingreso. Alfonso estuvo la mayoría del tiempo alejado de su familia por razones de sus estudios, sobre todo en el Theresianum de Viena. En su alocución, Alfonso también utiliza el argumento de que es un rey constitucional. En efecto, al llegar a España, jura delante de la Cortes que seguiría la Constitución del 69, mediante la cual tiene el derecho de vetar una ley y de escoger sus ministros en el partido mayoritario. [...]
[...] Durante esta época, se inicia la Segunda guerra Carlista. Esta difícil situación explica porque el pronunciamiento de Sagunto es recibido con tal entusiasmo. A continuación, vamos a estudiar la alocución que Alfonso XII dirigió a los vascos y navarros en 1875. El monarca escribe este manifiesto cuando está en camino para tomar el comando contra las tropas carlistas. Este discurso, esencialmente político, pretende convencer a los habitantes del País Vasco y de Navarra a deponer las armas así, a abandonar el Carlismo. [...]
Source aux normes APA
Pour votre bibliographieLecture en ligne
avec notre liseuse dédiée !Contenu vérifié
par notre comité de lecture