Thomas Bulmer, especialista en las economías latinoamericanas, y director del institute of Latin American studies de 1992 hasta 1998, se enfoque sobre las consecuencias de la depresión de 1929 en el cambio de modelo económico de los países latinoamericanos. De manera general, se considera que esta depresión es el momento decisivo de la transición de un crecimiento basado en la exportación, a un desarrollo sostenido por la industrialización de substitución de importaciones.
[...] De ahí, fueron favorecidos los productos del sector no exportador. Pero para que se favorecerá el crecimiento de las actividades capaces de sustituir los artículos importados (sector identificado con la ISI) para recuperar de la gran depresión, el autor señala que se necesitaba un estabilidad del sector exportador. Y casi ningún país se basó únicamente en la ISI para esta recuperación. En todos los casos, fue la recuperación de la demanda interna seguida por la promoción de las exportaciones, que permitieron la compensación de los efectos de la crisis de 1929. [...]
[...] Explicando eso, Thomas Bulmer se sitúa en la misma mirada que algunos autores como Rosemary Thorp. En efecto, este investigador intenta también deshacer las ideas preconstruidas sobre la influencia del modelo ISI y su peso en el modelo de desarrollo latinoamericano entre los años 1930 y los años 1950. Para los dos autores, la industrialización había empezado mucho antes de la década treinta, y el modelo ISI no fue el tuvo el papel más importante en la recuperación económica después de la crisis del 1929. [...]
[...] Después de eso, Thomas Bulmer se enfoca en las consecuencias de la gran depresión sobre las economías del subcontinente. Si se asocia generalmente al crack de la bolsa de Wall Street al comienzo de esta depresión, el autor explica que algunos señales “ante-crisis” habían llegado antes de 1929, como una subida de los precios de las exportaciones, que provoca un crecimiento de los tipos de interés mundiales. Pero la quiebra de la bolsa de Wall Street lleva, en América Latina, a una restricción de los créditos, a una restricción monetaria y finalmente a una caída brutal de los precios de las materias primas. [...]
[...] De la misma manera, Getulio Vargas nacionalizó las minas en 1934 en Brasil. De ahí, se puede observar que las políticas macroeconómicas de la década 1930 no se limitaron a la simple utilización de instrumentos financieros o comerciales, sino también en un intervencionismo bastante importante en sectores estratégicos. En este texto, Thomas Bulmer nos contradice las ideas preconcebidas que se puede oír sobre la influencia decisiva que tuvo la crisis de 1929 sobre la construcción del modelo ISI de desarrollo “hacía adentro”. [...]
[...] Así, para concluir, el autor subraya el hecho de que los años 1930 no deberían ser vistos como el “momento decisivo” para las economías latinoamericanas. El dinamismo del sector industrial ya había empezado en los años 1920, y los cambios de la década pueden ser vistos como una preparación a una transición entre dos modelos de desarrollo, y no como la transición en si misma. El cambio mayor del periodo fue la sustitución de políticas económicas autorreguladores por el uso de instrumentos de regulación por parte de las autoridades. [...]
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