La película de Stanley Kramer Vencedores y vencidos se desarrolla en el año 1948, en la ciudad alemana de Nuremberg, símbolo del reino del nacional-socialismo por sus reuniones así como por las Leyes raciales de Nuremberg. Tres años tras el final de la Segunda Guerra Mundial, indubitamente la guerra más espantosa de la historia, y de la derrota nazi se lleva a cabo un juicio en un tribunal internacional contra 4 jueces alemanes que desde puestos importantes han permitido los crímenes y atrocidades ejecutados durante el Tercer Reich. De los protagonistas del juicio destaca el juez estadounidense Dan Haywood, que preside el tribunal; el ministerio fiscal, coronel del ejército de los Estados Unidos; el acusado Ernst Yanning, ministro de la justicia en 1935, y su defensor alemán, Rolfe. Estos cuantro personajes son los que, a través de unos monólogos intensos, aportan un gran número de argumentos para defender su posición en el dilema que presenta el juicio y por los cuales nos dejan deducir sus convicciones y opiniones sobre como deberia actuar el ser humano. Sin embargo, otros personajes también presentan a ocasiones argumentos de importancia, como el acusado Man, el Senador y otros asesores estadounidense en el proceso, los dos otrso jueces qui asisten a Haywood o la actriz Bertolt, cuyo marido fue condenado a muerte por el fiscal inmediatamente tras la guerra.
[...] Como lo expreso Yaning en su declaracion, Hitler les permitio alzar la cabeza, sentir de nuevo el orgullo de ser aleman. Bajo la orden la patria esta en peligro”, se admitieron medidas para liberar el pais de los extranjeros, judios, gitanos, consideradas a principio como una etapa en la marcha hacia una Alemania digna y justa. Emil Han acepta en su declaracion la responsabilidad de sus actos que considera como justos en ese momento dado de la historia. Afirma que Alemania defendia su derecho a la vida y que algunas medidas eran necesarias para protegerla de sus enemigos. [...]
[...] Plantea que hubiendo negado las leyes celebradas en esa epoca por el gobierno de Alemania, se hubieran convertido en trahidores de su pais y de sus compatriotas, lo que hubiera sido, desde su punto de vista, inadmisible. La patria ante todo” Por tanto, según él, se procesa no solamente al juez Yanning, sino a todo el pueblo alemán, en el interés del cuál Yanning actuó bajo Hitler.Luego, continúa afirmando que las medidas tomadas eran consideradas en ese momento necesarias para la protección del país. De hecho, a finales de la República de Weimar, Alemania se encontraba en una grave crisis económoca y social. [...]
[...] Como lo exprese el personaje: El ser humano merece el respeto, la justicia y la verdad. No obstante, el juez Haywood, en la tradicion racionalista, ve el progreso de la humanidad como todavia limitado y revocable, considera que el orden internacional alcanzado siempre puede ser destrozado. De hecho, el juez afirma que durante una crisis nacional los seres humanos, incluso los mas excepcionales y capaces, que quieren luchar por la justicia, como fue el caso del juez Yanning, pueden enganarse a si mismos hasta contribuir a los crimenes mas espantosos. [...]
[...] se interesaban ante todo por su supervivencia para la cual el apoyo de Alemania era necesario. Sin embargo, lo logico no significa lo justa. Aqui destaca claramente la vision racionalista para la cual la busqueda del interes y del poder de los Estados no han todavia desaparecido. Estamos todavia lejos de la vision idealista del cosmopolitismo de una comunidad humana regida por los principios morales y que vive en la paz perpetúa; sin embargo es lo que los seres humanos deben perseguir. [...]
[...] En efecto, para el liberalismo la fuente del valor no es el Estado y la frontera, sino el individuo, el ser humano que tiene derecho a dignidad y libertad este donde este. Como lo decia Kant, la violacion de los derechos en cualquier sitio se siente en todas partes del mundo. Asi pues, toda la comunidad humana debe ser concernida por las atrocidades del Tercer Reich que se presentan asi como los crimenes contra la humanidad y por su castigo. [...]
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