El 28 de octubre de 2007 ocurrió la beatificación más importante de la historia. Benedicto decimosexto beatificó a 498 “mártires de la guerra civil española”, es decir, obispos, sacerdotes y religiosos asesinados durante el levantamiento republicano de 1931 contra la Iglesia y entre 1936 y 1939.
Cuatro días después el Congreso de diputados aprobaba la “ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la Dictadura” más conocida como Ley de memoria histórica. La coincidencia parece poco probable e ilustra el ambiente que reina hoy en España en cuento al recuerdo y al reconocimiento de la historia del país.
Después de 70 años de silencio, la ley de memoria histórica parece ser la continuación sino el resultado de la lucha de los hijos y nietos de republicanos que sufrieron la represión franquista. ¿Cuales son los motivos que ponen sobre el tapete los partidarios de la ley de memoria y cómo explicar la controversia que se creó al respecto?
[...] A España no le faltó una memoria, aquella ha sido abarrotada por una memoria selectiva y discriminatoria. Numerosas disposiciones llegaron a enterrar el recuerdo de la lucha de los republicanos y aun hasta enterrar la existencia y la dignidad de aquellos. En 1969, Franco dicto el decreto-ley por el que se prescribían todos los delitos cometidos antes del 1 de abril de 1939. - muerte de Franco = lenguas desatadas ? Pero el periodo de la Transición (1975-1982) selló el “pacto del olvido” con lo cual se quería hacer tabla raza con el pasado. [...]
[...] La represión empezaba tan pronto como una zona era conquistaba por las fuerzas nacionales. Los primeros en caer, aparte de los defensores de primera línea que eran asesinados en cuanto se rindieran, eran autoridades de la República, gobernadores civiles y alcaldes, concejales, dirigentes políticos y sindicales, y maestros aunque no hubieran tomado parte en la represión de izquierdas (Una vez que las tropas seguían su marcha, llegaba una oleada de muerte, mas intensa aun, nada espontánea y muy ideologizada, a cargo de los falangistas en determinados lugares, de requetés (soldados carlistas navarros) que llevaban a cabo una sangrienta purga no solo entre las masas obreras, sino también entre la clase media progresista que no apoyaba el golpe.) Según Paul Preston, “Franco había decidido avanzar despacio para que nunca hubiera vuelta atrás” Si hubieron atrocidades en ambos campos, las denuncias de los juicios expeditivos y de los fusilamientos no se hicieron oír en el bando sublevado tan como por las autoridades republicanas legitimas (José Antonio Aguirre, presidente del Gobierno de Euskadi denuncio el asesinato, persecución y destierro de sacerdotes así como el silencio de la jerarquía eclesiástica sobre lo que estaba pasando)) Creación de 8 consejos de guerra y 16 tribunales militares que practicaron una justicia expeditiva. [...]
[...] III- Una ley controvertida a imagen y semejanza de una España presa de un dualismo histórico A. La reapertura de una antigua herida ley de memoria fin del proceso de reconciliación iniciado al principio de la Transición. De nuevo confrontada a sus demonios antiguos, España revela hoy el dualismo que la animaba durante la guerra civil. Por un lado se felicitan los partidarios de la ley como el socialista José Andrés Torres Mora : hay derecho a que durante la Transición se les dijera que era demasiado pronto y ahora que ya es demasiado tarde.” Porque lo que plantean los opositores de la ley es que abre heridas del pasado que se habían cerrado. [...]
[...] Entre luchas de intereses e ideologías, no cabe duda que España pone mala cara frente al movimiento de recuerdo mundial que se ha iniciado al principio de los años 2000, y no se puede asegurar que se solucionará el problema sin dolor. [...]
[...] Conclusion Finalmente, en lugar de tranquilizar y reconciliar los espíritus, la ley de memoria histórica les ha enfadado a tal punto que se ha abierto una verdadera lucha judicial entre ambos bandos. El juez Baltasar Garzón, famoso por su orden de arresto internacional contra el dictador Augusto Pinochet en 1998, está hoy liado en una debacle judicial. Varias denuncias fueron presentadas por el Partido Popular contra el magistrado en cuanto a su intento de investigación, en 2008, sobre unos 130137 desaparecidos de la Guerra civil y del franquismo a pesar de la ley de amnistía de 1977. [...]
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